Durante dos años, en la Segunda Guerra Mundial, la pequeña Ana tuvo que esconderse junto con otras siete personas en el anexo secreto de un edificio situado en Ámsterdam para escapar de la persecución de los nazis.

En ese tiempo, entre julio de 1942 y agosto de 1944, la niña de origen judío plasmó en su diario sentimientos, vivencias y emociones, y describió la batalla que libraba en su interior entre la Ana buena que desea ser y la Ana mala que cree ser.

El diario de Ana Frank es una conmovedora historia conocida y representada en el mundo desde hace décadas; ahora se presenta en el teatro Tepeyac para acercar a jóvenes y adultos a un terrible episodio de la historia de la humanidad: la persecución de los judíos por parte de los nazis, expresó Alejandro Medina, productor del montaje.

Esta historia es impactante, pero al mismo tiempo un canto a la vida; el público disfrutará de las ocurrencias de Ana, de sus sueños, de su afán por no dejarse abatir, del descubrimiento a la vida y al amor, aún en las difíciles circunstancias en las que tuvo que vivir. Es, sintetizó Medina, un examen de sí misma y de lo que la rodeaba, un ejercicio de instrospección, análisis y autocrítica.

El diario de Ana Frank se presenta en el teatro Tepeyac (calzada de Guadalupe 497, colonia Estrella), con funciones los miércoles a las 20 horas.