on un anclaje a tierra marcado por la honestidad y la lucha a contracorriente de la banalidad y la mercadotecnia, con 25 años de carrera, la cantautora regiomontana Ely Guerra figura como uno de los más notables ejemplos de tenacidad y elegancia dentro del panorama musical mexicano, con una claridad espiritual en conexión con su arte, que va más allá de números, discos vendidos o premios. Amén de sus tres nominaciones al Grammy Latino (ganadora de uno a mejor disco de música alternativa por Hombre Invisible, de 2010), de haber colaborado en 40 producciones entre musicales y escénicas, literarias, políticas, sociales y actorales (con Sting, Ofelia Medina, Lydia Cacho, Irene Azuela, Bruno Bichir, Alondra de la Parra, Natalia Lafourcade, Celso Piña, Control Machete, entre otros), lo que más distingue a Ely es su valentía como artista independiente, pues se mueve más en función de sus instintos creativos que del billete, sin jamás sacrificar su intimidad emotiva o sus impulsos, como muchos hacen con tal de multiplicar artificialmente su exposición. Y es esa fidelidad a sí misma, lo que la ha hecho sólida, creíble y altamente respetable, en una escena llena de veleidades y corrientes efímeras.

Y es después de 10 años de no editar ningún disco de estudio con temas originales, que Ely reaparece con una nueva producción: Zion, en referencia al monte sagrado que se halla en Jerusalén y representa a la Tierra de Israel. Pero más allá de religiosidad alguna, para Ely este nombre está relacionado con las propias cimas que uno se propone alcanzar como retos vitales; en su caso, pasó por una crisis en la que se preguntó si acaso había llegado a un límite creativo. Sin embargo, se propuso conquistar esa cima que parecía inalcanzable, para finalmente encontrarse consigo misma, plena, luminosa. Para ello, eligió trabajar sola, sin más productor que su propio espíritu. Solamente trabajó a posteriori con el ingeniero de mezcla Frank Filipetti, quien dio forma final a una sofisticada grabación en donde el único instrumento es la voz. Para llegar a esta cima, le fue muy útil entrenarse con El Origen: álbum y serie de conciertos íntimos que estuvo ofreciendo desde 2014, en los cuales interpretó su repertorio reconstruido, acompañada por tan sólo un piano. La experimentación envuelta en sensualidad, la desnudez de su garganta y sus latires, araron bien el camino para llegar a este nuevo cúmulo de cantos casi místicos, que se entrelazan de forma exquisita y ofrecen algo inédito en su línea discográfica.

Con temas como la afirmación de sí misma, la Patria como hogar seguro, una cita al Subcomandante antes Marcos, ahora Galeano: contra la muerte, nosotros demandamos vida; contra el silencio exigimos la palabra y el respeto; con un elogio al poder de la palabra y un llamado a comunicarnos a través de la empatía, pues muchas veces sólo hacemos ruido y no logramos hablar; con citas a Sor Juana Inés de la Cruz, José Saramago, Martin Luther King, entre otros, Ely construye un diálogo interno, una introspección, a la cual nos invita a asomarnos y ser parte de. Una afirmación de libertad, después de haber sentido que tocaba fondo, es lo que permea a este álbum: un renacer, un acto de meditación hecho cánticos y juegos vocales exploratorios.

Zion, su sexto disco, no puede ser aún escuchado en alguna plataforma digital o en disco físico, sino que será presentado en vivo como sorpresa, los días 20, 21 y 22 de septiembre en El Cantoral (Puente Xoco s/n, puerta A), a las 21, 19 y 18 horas, respectivamente; $1184 a $2152 (Ticketmaster). Quienes hemos presenciado la madurez vocal y escénica de Ely Guerra, sabemos que se trata de una exquisita experiencia que no hay que dejar pasar.

Buenos Adultos

sábado 21. LNG/SHT, el rapero cancunense más chambeador de la escena mexicana (500 actuaciones desde 2014), y una de las figuras más carismáticas y creativas de su generación, presenta su nuevo disco Buenos Adultos. Recomendable. Metropólitan (Independencia 90, Centro). 20 horas, $255 a $889.

Twitter: patipenaloza