Rafael y Humberto eran jóvenes en 1985. La mañana del 19 de septiembre de ese año su vida dio un giro de 180 grados. La tragedia los convirtió en dos de los primeros miembros que conformaron la Brigada de Rescate Topos Tlatelolco AC, que ha hecho patente la importancia de luchar al máximo por encontrar personas vivas donde otros piensan que sólo hay cadáveres.

Los Topos fueron ayer testigos de los actos encabezados por el presidente Andrés Manuel López Obrador en memoria de las víctimas de los terremotos de 1985 y 2017.

Al término de la ceremonia, expusieron que “1985 le cambió la vida a mucha gente. A nosotros nos hizo topos y, a 34 años, aquí seguimos”, En aquel 1985, la voluntad los sacó adelante. Su labor y entrega han sido reconocidas en México y el mundo. Sin embargo, afirmaron, la profesionalización no fue sencilla.

“Teníamos una experiencia menor frente a colegas de otras nacionalidades. Llegaban (a los siniestros) con su tecnología, la metían y afirmaban: ‘no hay vida’. Se iban y decían que los mexicanos sacáramos ‘la basura’ (cadáveres)”.

Aunque la recuperación es principalmente de cuerpos, también en esa basura había personas vivas, aquellas a las que grupos extranjeros ya habían dado por muertas. Diez años después reconocieron su equivocación, y comenzaron a pedir que les enseñásemos, agregaron.

En enero de 2010, Los Topos recuperaron, sin tecnología, a 28 sobrevivientes tras el terremoto que azotó Haití; han sido reconocidos por el ejército de Estados Unidos y otras instancias. Rafael aseguró que al igual que en 1985, hace dos años las autoridades se vieron rebasadas por la ciudadanía. El 19 de septiembre de 2017 presenció la caída del edificio en la esquina de Eje Zapata y Petén. De inmediato, con el apoyo de la gente y sin equipo, lograron en ocho minutos un rescate en medio de ese déjà vu que el país vivió.