El primer título en peso completo mexicano no lo ganó Andy Ruiz. Fue una mujer, Alejandra La Tigre Jiménez, campeona en la división pesada por el CMB durante un par de años, sin estrépito ni reflectores, condenada a la discreción del deporte femenil.

Como todos, disfruté el triunfo de Andy Ruiz, relata La Tigre; pero al mismo tiempo no puedo dejar de hacer una sonrisa irónica por la distancia tan abismal entre como viven su éxito los campeones a diferencia de las campeonas. A uno lo invita el presidente de México, lo patrocinan grandes marcas, nosotras somos campeonas anónimas.

La poca actividad como campeona en peso completo, sumada a la precaria calidad de las retadoras, la llevaron a buscar en divisiones abajo otro título. Bajó más de 30 kilos para intentar conquistar el cinturón de peso supermedio, un proceso inverso e inusual en un deporte donde lo común es ganar libras en la báscula.

El 14 de septiembre pasado La Tigre estaba programa como retadora el título supermedio del CMB en manos de la estadunidense Franchon Crews, como respaldo de la función que protagonizó el campeón superwélter Jaime Munguía en Los Ángeles. Un par de días antes del combate, los organizadores anunciaron que la mexicana no podía pelear por el campeonato por problemas con su visa de trabajo.

No llegó mi visa de trabajo por un error en el consulado, cuenta La Tigre; entregamos todos los documentos, pero en el consulado decían que hacía falta uno, al final lo encontraron. Ya era demasiado tarde, la visa llegó unos días después de la pelea.

La Tigre ha construido un temple fuerte, pese al significado de cancelar una pelea para la que se ha preparado casi dos años, asegura que no se hundirá en el drama.