El riesgo de que un niño, una niña o un adolescente sea asesinado en México es mucho mayor que en países en los que existe un conflicto armado como Palestina o Siria. Cifras oficiales muestran que en territorio mexicano cada día mueren cuatro menores a causa de la violencia, aseveró Save the Children.

Ayer, en el Hemiciclo a Juárez, integrantes de esa organización internacional exigieron al gobierno mexicano una política de protección y cuidado a los derechos de ese sector y solicitaron a la Organización de las Naciones Unidas abordar con sensibilidad y seriedad el tema de la violencia contra ellos a escala mundial durante la Cumbre de Salud Mental que se realizará hoy en Nueva York, en el contexto de los trabajos de la Asamblea General.

María Josefina Menéndez, directora ejecutiva de Save the Children México, señaló: se estima que por lo menos 30 mil menores han sido cooptados por el crimen organizado para participar de alguna forma en las estructuras de esas bandas en el país. Aunado a ello, dijo, datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública indican que de 2007 a 2018, 8 mil 195 personas de cero a 19 años fueron víctimas de desaparición.

Otro ámbito es el de la violencia de género. Entre 2015 y septiem-bre de 2018 se registraron en el país 225 feminicidios en mujeres menores de 18 años. El dato sólo corresponde a los crímenes clasificados con esa figura, pues en ese periodo se documentaron 800 homicidios más de mujeres menores considerados como asesinatos dolosos. Además, durante 2017, más de 10 mil niñas de entre 10 y 14 años tuvieron un hijo a consecuencia de un abuso sexual.

La activista dio más datos que develan la crisis que enfrentan los menores en México: 64 por ciento de los que tienen cinco años o menos han sufrido algún tipo de abuso sexual; 63 por ciento, de cero a seis años, están siendo educados de manera violenta, donde el castigo físico y las humillaciones forman parte del proceso formativo; y sólo en 2017, más de 12 mil 300 niños y adolescentes denunciaron lesiones graves por maltrato.

Con la guerra y la violencia los daños que pueden generarse en un menor son permanentes. Llevamos más de 12 años donde niños, niñas y adolescentes también ven decapitados, cadáveres, balaceras en sus escuelas, la muerte de sus compañeros o familiares; eso los lesiona gravemente, afecta sus condiciones de desarrollo y puede generar problemas serios de salud mental. También están enojados, la violencia genera violencia, y lo pueden expresar en situaciones de crisis emocional y con un ánimo de venganza y odio, asentó Menéndez.

Lamentó que en términos generales no haya una política dirigida a la infancia en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Si bien las secretarías de Educación Pública y de Gobernación empujan programas de primera infancia y de protección integral, en los hechos no hay una agenda oficial para el sector.