Con el registro de la inflación en su menor nivel en tres años, el análisis de instituciones financieras converge en que este jueves 26 de septiembre, el Banco de México hilará un recorte más a su tasa de interés, que este año alcanzó un registro histórico, es decir, que no hay precedentes de un nivel tan alto en el costo del dinero.

La víspera, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer que durante la primera mitad de septiembre la inflación creció 0.17 por ciento respecto a la quincena previa. A tasa anual se ubicó en 2.99 por ciento –un nivel no visto desde el primer tramo de septiembre de 2016–, por primera ocasión debajo del promedio objetivo del banco central.

La variación a la baja de algunos productos agropecuarios (que a tasa anual crecieron 2.4 por ciento), pero sobre todo de los energéticos (cuyo costo se redujo en 2.9 por ciento ) mantienen en descenso al índice nacional de precios al consumidor (INPC). Contrapunto a la baja que arrancó este año, luego de que en enero de 2017 la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a cargo de José Antonio Meade, quitó los subsidios a las gasolinas.

Banorte puntualizó que el riesgo de que los productos agropecuarios reviertan al alza es más alto que en el caso de energéticos, debido a que el gobierno federal permanece comprometido con mantener los precios de la electricidad, gas y gasolina al menos constantes en términos reales este sexenio.

Inegi detalló que en la primera mitad de septiembre, el componente subyacente del índice aumentó 0.19 por ciento durante esa primera quincena, a tasa anual la variación fue de 3.78 por ciento. Los analistas financieros subrayaron la tendencia de este componente a no perder impulso.

En el no subyacente –que incorpora la variación de precios en productos menos estables– incrementó 0.13 por ciento quincenal y 0.57 por ciento anual. El resultado no sólo suma ocho meses a la baja, sino que es el incremento más bajo desde que se tiene registro: 1989.

Lo anterior abre puerta a que el Banco de México pueda adoptar una postura monetaria más relajada, lo que también contribuye con el fortalecimiento del peso mexicano, consideró Gabriella Siller, directora de Análisis Económico-Financiero de Banco BASE .