Jueves 3 de octubre de 2019, p. 5
Es una victoria hablar del movimiento estudiantil del 68 en Los Pinos, lugar desde ‘‘donde se mandó matar a nuestra generación” y salieron las órdenes de represión, sostuvo el escritor Paco Ignacio Taibo II durante la conmemoración de ese hito histórico en el hoy complejo cultural.
El narrador impartió la charla Fueron 123 días de lucha, no un día de muerte. Dijo que la recuperación de la ex residencia presidencial ‘‘tiene una carga simbólica enorme. Fue una victoria. Tardó 50 años, pero los mexicanos somos lentos pero seguros”. En el escenario, donde antes cantó Óscar Chávez, Taibo II añadió: ‘‘Ganamos esta guerra por acabar con un gobierno dictatorial y espurio. Mandarlos al basurero de la historia. Nos tomó tiempo, pero lo sabíamos.’’
Cuando el 4 de diciembre de 1968 levantamos la huelga, relató, ‘‘sabíamos que la batalla empezaba, que cada uno de los quizá centenares de millares que formamos parte del movimiento habíamos comprado boleto. Era el Estado autoritario contra nosotros”. Luego esos jóvenes se desparramaron por el país en la creación de sindicatos y en apoyo a luchas por la democracia. ‘‘No podemos reducir la virtud de una generación al 2 de octubre”.
Y la fecha que se recuerda hoy en realidad su ‘‘memoria son 123 días de huelga general, con escuelas tomadas, donde se ejerció plenamente la democracia, se organizaron cineclubes, se discutió; salían diariamente decenas de brigadas. Animaron un proceso lento de trasformación que no ha terminado”.
Exposición de gráfica
Como parte de la jornada de actividades, al mediodía se inauguró la exposición El espíritu del 68, con la curaduría de Rafael Barajas El Fisgón, en la sala Miguel de la Madrid.
La apertura de la muestra, expresó el caricaturista, es una ‘‘toma simbólica de La Bastilla”. Reúne más de 400 grabados, caricaturas y fotografías de las colecciones de Carlos Monsiváis, Arnulfo Aquino y otros particulares. Concluye con una suerte de ‘‘sala de inmersión” que reproduce la habitación donde Gustavo Díaz Ordaz dio las órdenes de reprimir al movimiento estudiantil.
Alejandra Frausto, titular de la Secretaría de Cultura federal, dijo que la efeméride regularmente se recuerda ‘‘con mucha rabia y dolor’’, pero en esta ocasión la conmemoramos dentro de Los Pinos. ‘‘Es una trasformación y una revolución pacífica a través de la cultura, gracias a que el presidente decidió no vivir en este espacio amurallado.”