París. Cuatro funcionarios policiales, incluida una mujer, murieron apuñalados ayer en una central de policía en París, agredidos por un empleado que fue abatido por las fuerzas del orden.

Lamentamos la muerte de cuatro personas, tres hombres y una mujer. Tres funcionarios policiales y un agente administrativo, declaró el fiscal de París, Rémi Heitz.

El atacante tenía 45 años y trabajaba como técnico informático en la Dirección de Inteligencia de la prefectura de policía desde hacía unos 20 años y sufría de sordera.

Nacido en las Antillas francesas, el asaltante se convirtió al islam hace 18 meses, explicó a la agencia de noticias Afp una fuente cercana a la investigación.

Las autoridades abrieron una pesquisa por homicidio, sin intervención de la fiscalía antiterrorista. El agresor no había mostrado nunca dificultades de comportamiento, destacó el ministro del Interior, Christophe Castaner, que aplazó un viaje a Turquía y Grecia a causa de la tragedia.

La agresión, un hecho inédito en la historia de la policía francesa, ocurrió en el cuartel general en pleno centro de París, cerca de la catedral de Notre Dame.

El atacante era un empleado modelo, sin historias, explicó el delegado sindical.

Desde 2015, Francia ha sido escenario de varios ataques atribuidos a grupos yihadistas. En total, 251 personas han perdido la vida en estos atentados y el país sigue hasta hoy en estado de alerta.

Esta matanza fue perpetrada un día después de la manifestación de miles de policías en París para llamar la atención pública sobre el malestar que reina dentro de la institución, el aumento de los suicidios y la reforma del sistema de pensiones.

Según los sindicatos, 26 mil policías participaron en esta manifestación. En Francia hay un total de 150 mil policías. El país no había vivido una protesta policial tan solidaria desde 2001.