Trae a la memoria un hecho olvidado, dice Acelo Ruiz
Lunes 7 de octubre de 2019, p. a14
En 1976, la Liga Comunista 23 de Septiembre protagonizó uno de los hechos más significativos de la guerrilla mexicana: varios de sus integrantes se fugaron del penal de Oblatos, en Guadalajara.
Antonio Orozco Michel, Guillermo Pérez Mora, José Natividad Villela Vargas, Armando Escalante Morales, Francisco Mercado Espinoza y Mario Cartagena López pasaron a la historia por haber concretado, junto a un comando armado que los ayudó desde el exterior, una de las acciones más relevantes del movimiento armado de los años 70.
Más de 40 años después, el cineasta oaxaqueño Acelo Ruiz Villanueva recuperó esta historia en forma de documental. Con el nombre de Oblatos el vuelo que surcó la noche, lo presentará el 11 de octubre a las 20:30 horas, en la Cineteca Nacional y al día siguiente, a las 21, en el Parque México.
La cinta se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, en el que ganó el premio del público, y ha tenido un recorrido por diferentes encuentros cinematográficos, como Documenta Querétaro y la Gran Fiesta del Cine Mexicano. Este mes, además de estar en la Cineteca Nacional, se presentará en el Festival Internacional de Cine de Morelia.
La historia de mi acercamiento a este tema se remonta a 2012, cuando a Oaxaca llegó un libro de Antonio Orozco Michel sobre las memorias de su militancia, en especial de la fuga de la prisión de Oblatos, en 1976
, señaló Ruiz Villanueva.
“La anécdota me pareció que reunía elementos para hacer un documental. Primero, porque contaba una historia que no era popular: la guerra sucia en México, es decir el enfrentamiento de grupos de jóvenes socialistas armados y el Estado, y segundo, porque la historia de la fuga tenía la capacidad de conectar con la gente de manera más emocional”, explicó en entrevista con La Jornada.
Acción militar guerrillera victoriosa
–Dado su acercamiento al tema y a sus protagonistas, ¿qué crees que representó la fuga de Oblatos para la guerrilla mexicana?
–Fue una acción militar guerrillera victoriosa, que en la etapa de la guerra sucia no era común. Lo que sucedía de manera frecuente eran las derrotas, los encarcelamientos, las desapariciones, los asesinatos. La fuga representó un respiro para la Liga Comunista 23 de Septiembre, que en ese momento vivía una persecución atroz. Eso es parte de la película, porque para hacer el operativo militar de rescate de los militantes presos se esperó mucho tiempo, ya que no había cuadros suficientes para hacerlo. La fuga reflejó el alto grado de organización militar y fortaleza de la liga, porque fue una acción de mucha disciplina, coordinación y precisión.
–¿Qué cree que representa la fuga de Oblatos en la actualidad?
–No está en la memoria colectiva. Esto tiene que ver con que al ser una acción victoriosa de la guerrilla es menos publicitada por los medios tradicionales o por los ideólogos de la derecha, que el asesinato de Eugenio Garza Sada, por ejemplo. Una parte importante de nuestra labor es traer a la memoria un hecho olvidado. El documental plantea quiénes eran estos jóvenes, qué buscaban, por qué luchaban y cómo los reprimían.
Los sobrevivientes
Al hacer esta película, el director y el equipo de trabajo de Oblatos… se plantearon resignificar la historia de la fuga, dejar de presentar a sus protagonistas como buenos y malos y abordar las motivaciones que los llevaron a tomar las armas, a unirse a la guerrilla, a poner en riesgo su vida y la de su familia.
–En este sentido ¿cómo te acercaste a los sobrevivientes de la fuga?
–Con Antonio Orozco Michel tenemos una persona conocida en común, así que cuando fui a Guadalajara le platiqué lo que queríamos hacer y aceptó. Pero el acercamiento más interesante fue con José Natividad Villela Vargas, alias El billetes, cuando le hice la entrevista él tenía 40 años de no hablar del tema. Vive todavía en la clandestinidad en el sentido de que después de abandonar la guerrilla, desapareció. Lograr hablar con él fue uno de los mayores retos de la película porque no lo había hecho con nadie, ni siquiera con sus compañeros con quien no tiene contacto.
–¿Cómo lo convencieron de dar su testimonio y quién los conectó con él?
–No le puedo decir quién nos conectó. Hablamos mucho con él sobre el proyecto. Le mostramos lo importante que era su testimonio. Él es un mito en la historia de la guerrilla en Guadalajara. Afortunadamente, aceptó participar. Nos tardamos un año en convencerlo.