Industria: cifras preocupantes // Pemex refinancia pasivos
l sector industrial del país se mantiene en la lona, y a pesar de que en agosto pasado registró un avance –por llamarle así– de 0.8 por ciento, con respecto al mes previo, el comportamiento anualizado registra una caída de uno por ciento, de acuerdo con las más recientes cifras del Inegi, de tal suerte que es necesario atender las causas que motivan dicha situación.
Al respecto, el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico –de cuyo análisis se toman los siguiente pasajes– subraya que la luna de miel del libre comercio ya no existe; es momento de una política industrial activa e integral, y ese es el mensaje del debilitamiento del sector industrial en México. La debilidad del sector industrial ha llegado a la mayor parte de los estados de la República y al consumo, y con ello a un menor bienestar social. Si el gobierno mexicano desea proteger el empleo en el país deberá observar claramente que lo que hoy prevalece es un comercio internacional administrado, en donde el interés nacional es el marco de referencia
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Con base en las cifras más recientes, la triste numeralia del sector industrial arroja los siguientes resultados: en agosto la actividad industrial retrocedió uno por ciento en términos anuales; liga 10 meses consecutivos de caída y refrenda la situación recesiva que se vive a su interior; no se había observado una situación similar desde las 18 tasas negativas que se acumularon durante el periodo 2008-2009; la tasa de variación anual promedio es de -1.9 por ciento en el bimestre julio-agosto, de -1.7 por ciento durante los primeros ocho meses de 2019 y de -1.8 por ciento en los primeros nueve meses del sexenio. En función de lo anterior, se puede considerar que es el menor ritmo de decrecimiento de la actividad industrial desde 1995.
Si bien el retroceso anualizado de agosto es el menor desde noviembre del año pasado, se debe mencionar que en esta ocasión su contracción es atribuible al bajo dinamismo que se observa en las manufacturas, por lo que a pesar del resultado positivo que se reportó en la edificación (componente de la construcción), del sector de generación y distribución de electricidad, gas y agua, y de algunos componentes de la minería, la actividad industrial se mantuvo en la zona negativa.
Las manufacturas tuvieron su segundo menor ritmo de crecimiento (0.3 por ciento) en los últimos 16 meses, situación que ya refleja la desaceleración de Estados Unidos, porque los principales rubros productivos vinculados a la exportación registraron tasas negativas o cercanas a cero (incluyendo el automotor y salvo el caso de la fabricación de equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos, componentes y accesorios electrónicos).
El inicio del sexenio se enmarca por bajo crecimiento e inversión en el país. La desaceleración que se observaba a finales de 2018 no se ha modificado. Una fuente para revertir la situación es la inversión, principal insumo para detonar y ejecutar proyectos productivos que estimulen al mercado nacional, consumo y empleo. Sin embargo, con el más reciente dato registrado por el Inegi, la inversión exhibe una caída de 9.1 por ciento en julio en comparación con el mismo mes de 2018, el sexto retroceso consecutivo en lo que va del año.
La debilidad productiva tiene un impacto directo sobre la creación de empleo y las remuneraciones, por ello se observa que la variación del consumo sólo alcanza a cubrir el aumento de la población. Sin lugar a duda que ello implica un menor nivel de bienestar.
Las rebanadas del pastel:
Como parte de la reingeniería financiera que lleva a cabo, Petróleos Mexicanos refinanció pasivos por 20 mil 130 millones de dólares, informó la Secretaría de Hacienda, y detalló que esa operación incluyó la colocación de tres bonos de Pemex a siete, 10 y 30 años por un total de 7 mil 500 millones de dólares para refinanciar deuda a corto plazo, así como la recompra e intercambio de bonos denominados en moneda estadunidense que vencían entre 2020 y 2025 por 8 mil 743 millones.