La escritora cuenta cómo es su vida al lado de la literatura
Miércoles 16 de octubre de 2019, p. 5
La escritora Bárbara Jacobs presentó ayer su obra más reciente, Rumbo al exilio final, en la edición 19 de la Feria Internacional del Libro en el Zócalo, en una amena charla con su colega y amiga Ana García Bergua.
‘‘El título del libro no es muy optimista, pero su espíritu sí. Aunque considero que es una despedida de la vida, no es en el sentido de una persona vencida”, no mantiene una visión derrotista, sino de agradecimiento, explicó la colaboradora de La Jornada.
Jacobs compartió que en realidad nunca ha tenido ambiciones, pero no por eso se asume como una persona derrotada.
‘‘Aunque las ilusiones con las que empecé me ayudaron bastante, ya se acabaron. Debo confesar que ahora no tengo ninguna. Al encontrarme a mí misma, y mi ánimo sin ilusión, lo que me ha sucedido es sentirme libre, y antes no me sentía así. Esta extraña situación me tiene, la verdad, contenta.”
Toda vida es narrable
De Rumbo al exilio final, obra publicada por Ediciones Era, la narradora adelantó que contiene ‘‘una historia rara” que prefería reservarse y precisó que su hechura responde a esa intención o necesidad de toda persona de querer contar su vida.
‘‘Siempre se ha advertido que toda la gente puede contar, que toda vida es contable, narrable, pero hay a veces cierto pudor para ventilar cosas. Pero si un escritor cuenta su vida a través de sus encuentros con los libros, con la escritura o con personas clave que tuvieron que ver en su formación; ese pudor desaparece y uno se atreve”, añadió.
‘‘Por lo menos fue mi caso. Me atreví, pues sabía que no ventilaba mi vida, sino que la contaba en relación con los libros y la escritura.”
Refirió que este fue un texto escrito de manera frenética, casi de una sentada, y con el que se dio cuenta de que todos sus recuerdos y anécdotas tenían un denominador común, más allá de relacionarse con su formación literaria: el agradecimiento.
‘‘Me siento profundamente agradecida con todas mis experiencias, las buenas y las malas, aunque no conté las malas en el libro, porque es denigrarse. Pero en todas las demás, todos los contactos que registro en esta obra son de personas a las que le estoy infinitamente agradecida”, refirió.
‘‘Escribir este libro fue una manera de dar gracias. Desgraciadamente, algunos han muerto, pero otros ahí andan y me encantaría que se enteraran que registré todo lo que considero que me dio algún espaldarazo para seguir adelante.”
Ana García Bergua calificó Rumbo al exilio final de una biografía de vida creada por la autora de la mano de sus lecturas.
‘‘Eso lo convierte en un libro de un género que nunca había leído; es como esos viejos ensayos ingleses, de una tradición que aquí no es tan frecuente y que es muy emocionante leerlo”, detalló.
‘‘Es como la vida de una escritora que nos comparte no sólo sus hechos de vida, sino su existencia como una lectura y una escritura, como una relación afectiva, intelectual y vital con los libros. Esa es la maravilla de este volumen.”