Miércoles 6 de noviembre de 2019, p. 27
Riad. El gobierno yemenita, reconocido por la comunidad internacional, firmó ayer aquí un acuerdo para compartir el poder con los separatistas y así poner fin a un conflicto en el sur de Yemen, país devastado por una guerra con múltiples frentes. Este conflicto, en el que los separatistas tomaron el control de Adén, la gran ciudad del sur declarada capital provisional
por el gobierno, desvió a la coalición encabezada por Arabia Saudita de su lucha contra los hutíes rebeldes, procedentes del norte, que se han apoderado de la capital Saná y de grandes partes del territorio. El acuerdo prevé integrar a los separatistas del Consejo de Transición del Sur (STC) al gobierno y el retorno de éste a Adén. Las fuerzas separatistas deber ser integradas en los ministerios de la Defensa y del Interior, según el pacto, que recibió elogios del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien tuiteó: ¡Un muy buen comienzo! Por favor, todos trabajen duro para conseguir un acuerdo final
. El enviado especial de Naciones Unidas, Martin Griffiths, saludó que por fin haya un entendimiento. Las fuerzas separatistas del STC tomaron en agosto el control de Adén, que se había convertido en la base de repliegue del gobierno, expulsado de Saná en 2014 por los rebeldes hutíes, apoyados por Irán. Los enfrentamientos entre separatistas y fuerzas leales al gobierno yemenita, en principio aliados en su guerra común contra los hutíes chiítas que estalló en 2014, hicieron temer que el país acabara por desintegrarse. Según la Organización de Naciones Unidas, el conflicto provocó la peor crisis humanitaria del mundo, con unos 3.3 millones de desplazados y 24.1 millones, es decir 80 por ciento de la población, necesitada de asistencia.