San Miguel Canoa, Puebla., Al reanudar los diálogos con los pueblos indígenas, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que México ya tiene buena fama a escala mundial por combatir la corrupción y recuperar la tradición en política exterior, de proteger a quienes huyen de las dictaduras.

Por eso recientemente se tomó la decisión de darle asilo al presidente de Bolivia (Evo Morales), señaló.

Igualmente refrendó su compromiso de transformar al país: Antes muerto que traicionar al pueblo, advirtió, al tiempo de dar un manotazo al atril en la reunión vespertina realizada en Coatetelco, Morelos.

Con distintos matices, el Presidente explicó lo que hace por aniquilar las prácticas corruptas. Se mostró optimista y aseveró que su gobierno ya puede “sacar el pañuelo blanco y decir ‘se acabó la corrupción’”.

Primero, en San Miguel Canoa, donde la mayoría de la población es de origen náhuatl, admitió que sacar adelante al país no es fácil porque heredó una deuda externa de más de 10 billones de pesos, y sólo de intereses se debieron pagar este año 700 mil millones de pesos. Pero estamos cumpliendo, manifestó.

México tiene buena fama a escala mundial, esto se ha logrado ahora. Siempre nuestro país ha sido querido en todas partes, sobre todo el pueblo de México, siempre ha sido estimado en todas las naciones y ahora más, expresó ante cientos de pobladores de la zona del volcán la Malinche.

Para sustentar sus comentarios expuso que recientemente fue emitida una encuesta, aplicada en toda América Latina, y ya México tiene una fama distinta, ya se habla de que en México se está combatiendo la corrupción, sostuvo.

En el templete, López Obrador estuvo acompañado por dirigentes locales ante quienes destacó la grandeza de su cultura.

Sobre todo, honró la bondad de los habitantes de este pueblo (ubicado en la historia reciente porque hace medio siglo fueron linchados aquí cinco estudiantes, acusados de ser comunistas).

El evento se realizó en una cancha deportiva, ubicada al lado de un espejo de agua, desde donde lucía el esplendor del volcán Popocatépetl.

Entre los anfitriones estaba el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, al cual el Presidente prometió entregar 230 millones de pesos para la compra de fertilizantes, a fin de duplicar la inversión estatal.

¿Te parece, Miguel?, le preguntó al mandatario estatal, quien de inmediato asentó.

Otro poquito, soltó desde un extremo del campo un hombre que abrazaba a su pequeño hijo en silla de ruedas.

Más tarde, se trasladó a Morelos donde encabezó el diálogo con los habitantes de Coatetelco, de reciente creación como concejo municipal. Al final de su mensaje dio espaldarazo político al gobernador.

No, Cuauhtémoc (Blanco) no está solo; tiene el apoyo, el respaldo del gobierno federal, del Presidente de la República. Y digo esto porque veo que a veces son muy abusivos, ventajosos, y piensan que van a poder doblar. Los va a firmar.

Afuera del sitio terregoso donde se realizó el encuentro, los comerciantes se afanaban por tener buena venta. Entre los carritos con chicharrones y palomitas destacaba una vendedora de libros. Traía dos cajas de ejemplares de Hacia una economía moral, el texto más reciente escrito por López Obrador.

En zona náhuatl, lo estaba ofreciendo a 350 pesos, más del doble que el costo en línea y 159 pesos más que en librerías. Sabedora de su oportunidad, al estar a unos metros de distancia del autoridad, prometía: él los va a firmar al final.