La colección musical de Carlos Monsiváis (1938-2010) estará disponible al público a partir del año entrante en la Fonoteca Nacional, informó Beatriz Monsiváis, prima del escritor y secretaria de la asociación cultural El Estanquillo.

Hace unos meses, esa institución confirmó que tenía en su poder el acervo sonoro del también cronista y periodista, el cual abarca unos 6 mil discos compactos, de vinilo y casetes de la música que él disfrutaba.

Beatriz Monsiváis emitió el anuncio en el contexto de la cátedra Carlos Monsiváis (instituida en 2015 por el Instituto Nacional de Antropología e Historia), que el pasado lunes reinició actividades con el ciclo de conferencias Aproximaciones y reintegros: la actualidad de Carlos Monsiváis.

La sesión, efectuada en el Auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología, estuvo a cargo del periodista Jesús Ramírez Cuevas, amigo y colaborador durante varios años del autor de Los rituales del caos.

El ahora coordinador general de comunicación social y vocero del gobierno de la República definió a Monsiváis como un precursor de la Cuarta Transformación que ahora experimenta México.

Lo es no sólo por sus simpatías y acercamientos, sino, sobre todo, por su convicción de defensa a ultranza de las causas del género humano y por adelantarse a muchas cosas que ahora son del sentido común, explicó. Por ejemplo, la protección y defensa de los animales y del medio ambiente o lo que ahora se conoce como la diversidad sexual y cultural, pues fue defensor de esa pluralidad y ese derecho de amar y querer de otra manera.

El funcionario sostuvo que si algo caracterizó a aquel intelectual mexicano es que todo fenómeno social, académico y cultural lo diseccionaba y deshacía e incluso tomaba partido por sus causas, aunque también veía las debilidades y los errores.

Mencionó que nunca dejó de pensar en las mujeres indígenas y le preocupaba que en esas comunidades se viviera una opresión cultural, económica y política en contra de ellas, así como de las minorías sexuales.

Monsiváis sostenía que la democracia colectiva debe construirse sobre la base del respeto del derecho individual y que debe haber equilibrio entre el derecho individual a una vida libre y el de la colectividad en decidir en común, aseguró.

“Esas tensiones entre lo individual y lo colectivo también fueron siempre un tema de reflexión para él y por eso hacía tanto eco de todas formas de discriminación, odio social y crímenes de odio, en particular en sus ensayos en Debate feminista, La Jornada y Proceso”, sostuvo Ramírez Cuevas.

Le importaba, añadió, documentar este asunto de cómo había que tipificar o construir conceptos que nos ayuden a visibilizar los peores rasgos del género humano, en este caso los crímenes de odio, como uno de los aspectos peores de la humanidad que se expresa en el feminicidio, en la homofobia asesina, en el racismo y los asesinatos contra indígenas.

Monsiváis, dijo, fue insistente en la necesidad de que en México se reflexionara sobre esos comportamientos sociales depredadores y bárbaros, a partir de su convicción de que hacerlos visibles ayudaría a cambiarlos. Destacó que como defensor de los humillados, de los oprimidos, de los discriminados, nos hubiera encantando que él pudiera vivir todo lo que ocurre ahora en México, porque de alguna manera es un precursor de la Cuarta Transformación.