Organizaciones campesinas irrumpieron ayer al mediodía en el Palacio de Bellas Artes para protestar por el óleo en el que Fabián Cháirez (Chiapas, 1987), representó a Emiliano Zapata desnudo, montado sobre un caballo, con zapatillas y sombrero rosa.

Esa obra forma parte de la exposición Emiliano: Zapata después de Zapata, con curaduría de Luis Vargas Santiago, que hace unos días se inauguró en el máximo recinto del país.

Integrantes de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), de Tierra Democracia y Liberación Social y de la Central Independiente de Obreros y Campesinos (CIOAC) exigieron el retiro del cuadro La Revolución, e incluso hablaron de quemarlo.

Alrededor de las 13 horas los inconformes impidieron el paso a los visitantes que deseaban subir al primer piso del recinto y demandaron la presencia del director del Museo del Palacio de Bellas Artes, Miguel Fernández, quien intentó calmar a la multitud que se instaló en el vestíbulo y las escalinatas.

El funcionario les expresó: ‘‘Este es su museo, sean bienvenidos”, pero no lo dejaron continuar. Ante gritos de ‘‘fuera, fuera”, amenazaron con entrar a las salas de exposiciones para prender fuego al cuadro.

Sería mucho mejor quemar el cuadro: líder campesino

Las consignas ‘‘Zapata vive, la lucha sigue y sigue” y ‘‘Zapata, estandarte de los campesinos” continuaron hasta que tomó la palabra Álvaro López Ríos, representante de una de las organizaciones procedentes de varios estados, como Veracruz, San Luis Potosí y Morelos.

‘‘Aunque el artista merece respeto, me parece denigrante que haya usado la figura de un líder como Emiliano Zapata; la petición es que retiren ese cuadro de la exposición, sería mucho mejor quemarlo’’, recalcó.

‘‘Hemos expresado a las autoridades y a los mexicanos nuestro rechazo a esa pintura; sin embargo, éstas simplemente nos dijeron que no van a retirar nada, por lo que también exigimos una disculpa pública del creador chiapaneco.”

López Ríos acotó que de no recibir respuesta a su petición cerrarán el recinto y de ser necesario llamarán a más organizaciones campesinas. ‘‘Es una ofensa a nuestros líderes porque pretenden quitar del imaginario colectivo la imagen de lucha revolucionaría de hace cien años. Deben retirar esa pintura y toda la propaganda en redes sociales, porque es una denigración de nuestro líder revolucionario”.

Ante el arribo de la prensa al lugar los inconformes se mostraron agresivos; uno de ellos aseveró:‘‘Si a ustedes les gusta que los pinten de mujer es su problema, pero pintar a Emiliano Zapata como fémina es una mamada”.

La directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), Lucina Jiménez, quien se encontraba en la sala Manuel M. Ponce, al ser consultada por los medios aseveró que no se tenía contemplado cerrar la exposición ni descolgar el polémico cuadro.

La funcionaria salía de entregar la Medalla Bellas Artes al coreógrafo y promotor cultural Rodolfo Reyes y consideró que las organizaciones campesinas ‘‘están expresando un derecho a la discrepancia; el artista tiene derecho a la libertad creativa y los curadores tienen derecho a construir una visión diversa de un personaje mexicano a quien no sólo le debemos la lucha por la tierra y una de las causas históricas más importantes de nuestro país, sino también el espíritu libertario con el cual muchos de los movimientos contemporáneos se mueven.

‘‘Creo que es un momento muy propicio para que el diálogo se fortalezca desde la base del respeto. Lo que tenemos que hacer es dialogar, dialogar y dialogar. Los tengo que escuchar primero”, insistió.

El curador de la muestra Emiliano: Zapata después de Zapata, Luis Vargas Santiago, refirió a La Jornada que el Caudillo del Sur ‘‘no le pertenece sólo a su familia, a las organizaciones campesinas o a un sector de la sociedad. Zapata nos pertenece a todos. Es una figura pública, es alguien que ha animado muchas de las luchas más importantes que se han dado en este país. En ese sentido cuestiono y estoy en contra de la censura que propone uno de los nietos de Zapata, porque hay muchos nietos, y en este caso la Unión Nacional de Trabajadores Agrarios, que vino y tomó el Palacio de Bellas Artes, demandando que el cuadro sea descolgado.

‘‘A los miembros de la Unión los invitamos a que pasaran ordenadamente a ver la exposición. No han aceptado. Están esperando otro tipo de diálogo. Nosotros también. Esperemos que lleguemos a un buen acuerdo y ojalá entiendan que Zapata pertenece a muchas comunidades y puede respaldar o ser parte de distintas agendas sociales, todas igual de justas.”

Es ‘‘una frivolidad’’, califica la artista Carmen Parra

La artista Carmen Parra, quien hace unos días se refirió al mural El entierro de Zapata y otros enterramientos, de Alberto Gironella, que se exhibe ‘‘mutilado” en la misma exposición, como reportó La Jornada (3/12/19), consideró que el cuadro de Cháirez es ‘‘una frivolidad. Esa obra no tiene la trascendencia para estar en el Palacio de Bellas Artes, ni nivel artístico. No hay filtros”, y fue tajante al señalar que ‘‘el espectáculo nos está comiendo”.

El óleo de Cháirez fue elegido por la Secretaría de Cultura federal para anunciar la exposición dedicada a Zapata en sus cuentas oficiales de redes sociales, donde se hizo viral. El artista, en su cuenta de Twitter, aplaude a una usuaria que le compartió una versión de su cuadro, pero representando al presidente Andrés Manuel López Obrador, montando un ganso. ‘‘¡Me encanta!”, escribió el pintor chiapaneco.

En entrevista con Julio Hernández, columnista de La Jornada, Cháirez afirmó que la figura plasmada en su cuadro no es Zapata.

Cuauhtémoc Medina, curador del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), calificó el acto de las organizaciones campesinas de un ataque a la libertad de expresión y pensamiento. ‘‘Hoy en el Museo del Palacio de Bellas Artes se libra una batalla por la memoria de Zapata. Si Zapata viviera hoy no sería machista ni tendría miedo de ser pensado como un radical”.