ace miles de años que el vidrio ha acompañado a la humanidad. Plinio El Viejo cuenta en su Historia natural que lo descubrieron mercaderes sirios hace alrededor de 3 mil años antes de Cristo. No obstante la creación de materiales como el plástico, cartón tratado para conservar líquidos, aluminio, acrílicos y muchos más que pueden sustituirlo, se sigue usando de innumerables maneras. Además de su uso utilitario, por su belleza intrínseca es material valioso para objetos decorativos.

Esto lo podemos apreciar en InVisible, la exposición que presenta el museo Franz Mayer que nos acerca a la producción en recientes décadas de objetos de vidrio en México. Muestra alrededor de 500 piezas que van desde empaques cotidianos hasta las artísticas únicas.

Permite apreciar la infinidad de posibilidades que ofrece el milenario material a través de objetos históricos, recientes, tanto utilitarios como diseños exclusivos de artistas, diseñadores y arquitectos, por mencionar algunos: Pedro Ramírez Vázquez, Teodoro González de León, Ricardo Legorreta, Francisco Torres, Frida Escobedo, Jorge Yazpik, Jan Hendrix, Perla Valtierra y Mauricio Lara, quienes dan vida a la magia que guarda el vidrio cuando exploran sus límites.

La primera sala es deslumbrante, casi en la penumbra aparece una serie de bloques de diferentes alturas sobre los que se posan jarrones, botellas, floreros y recipientes de diversas formas, iluminados con luz blanca que destacan la etérea belleza del cristal.

Conviven objetos de diseños estilizados con envases y frascos de productos de la vida cotidiana, rica variedad que muestra la versatilidad del material.

En otra sala, con el título Innovación y tecnología, se conocen diversos procesos de producción del vidrio a través de videos y la exhibición de materiales que se utilizan en la fabricación, como sopladores, moldes, varas y bocetos.

En la tercera sala, Forma y belleza, están las obras de artistas como el holandés Jan Hendrix –avecindado en México– que expone una especie de biombo hecho con bloques cuadrados de vidrio con el sello naturalista característico de su obra.

Muy original la obra Cadáver exquisito, que presentan Emiliano Godoy –quien fue el curador de la exposición–, Brian Thoreen y el diseñador Héctor Esrawe, a quien ya conocíamos por sus notables diseños de muebles. Es una serie de vasijas amorfas color negro que realizaron al mezclar con mitades de moldes para soplar vidrio.

Por su parte, la arquitecta Frida Escobedo utiliza bloques de cristal para elaborar un muro serpenteante.

La exposición la presentan el estudio especializado en vidrio Nouvel y el museo Franz Mayer, este último atiende su vocación expresa por la exploración de los nuevos discursos del arte y el diseño. Conjuntamente con la muestra se desarrollan talleres, conferencias y actividades especiales.

Siempre que visitamos este museo, extraordinario en todos los sentidos, recordamos con agradecimiento al empresario de origen alemán Franz Mayer. Con gran generosidad cedió al pueblo de México sus colecciones de artes decorativas que incluyen escultura y pintura de México, Europa y Oriente, de los siglos XVI al XIX, así como mobiliario, cerámica, vidrio, plata, textiles, pintura y escultura.

El notable benefactor cuya pasión como anticuario lo llevó a adquirir piezas en todo el mundo, vivió en nuestro país desde 1905 hasta su muerte, acaecida en 1975. Amó a México profundamente y adquirió la nacionalidad; declaraba con gran nobleza Hice mi fortuna en México y aquí la dejaré, para beneficio de todos.

El inmueble que ocupa el museo es una belleza del siglo XVIII, que albergó el hospital del Amor de Dios. En su patio principal, con fuente de azulejos, jardines, columnas y amplios pasillos hay un cafetín. Es deleitoso sentarse en las mesitas exteriores para degustar el pastel de chocolate o una baguete con un buen café y gozar la vista incomparable del patio jardinado con la cúpula barroca del templo adjunto.