Además de atender las demandas de las estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), profesores exigen a las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que resuelvan la situación del auditorio Che Guevara, tomado desde 2000, porque –consideran– es uno de los factores que han agudizado otros problemas en la institución y temen que éstos puedan extenderse a las aulas.

Esta posición es rechazada por las estudiantes que mantienen un paro de labores desde el 4 de noviembre en la facultad, y sostienen que su movimiento y demandas están relacionadas únicamente con agresiones ejercidas por alumnos y profesores de la facultad y no con los ocupantes del Justo Sierra, nombre oficial de la sala.

En tanto, las autoridades han expresado que no pierden de vista las circunstancias en que se encuentra el auditorio y que se encargarán también de los llamados de los docentes, pero que en este momento lo prioritario es atender las demandas de las alumnas.

El auditorio Che Guevara fue tomado meses después del fin de la huelga estudiantil de 1999-2000 por grupos que se declaran estudiantiles y autogestivos, y que para diversos sectores de la UNAM no tienen relación con los universitarios.

Por 20 años, lamentan docentes, y para mantener la estabilidad de la universidad, las autoridades centrales han dado una respuesta de abandono a la ocupación del auditorio.

“La toma del auditorio Justo Sierra ha implicado un clima de deterioro” en la facultad. Ha mellado la calidad de vida dentro de nuestra propia comunidad y es uno de tantos factores que ha contribuido a que la problemática de género se agudice, plantearon las profesoras Griselda Gutiérrez y Ana María Salmerón en una reciente reunión con representantes de la rectoría y el director del plantel, Jorge Linares. Por ello demandaron un encuentro con directivos de la facultad a fin de abordar la ocupación del auditorio.

Las estudiantes manifestaron su total desacuerdo con los planteamientos de los docentes. Para ellas, el paro en la facultad está relacionado únicamente con las violencias de académicos y estudiantes. No se vale que en un intento mediocre y arribista por posicionarse políticamente sigan relegando a las víctimas de violencia sexual dentro de la universidad.

Es inaudito, aseguraron, que por querer golpear políticamente a la administración en turno, para ellos posicionarse, finjan preocupación por nosotras y al mismo tiempo ignoren nuestra voz y se impongan tan nefastamente.

En tanto, en una reunión con los profesores, los representantes de la rectoría y de la oficina de la abogacía general de la universidad señalaron que es necesario atender primero que nada las demandas hechas por las jóvenes.

“Primero atendemos y vamos de la mano atendiendo lo del auditorio. No estamos diciendo que lo vamos a dejar de lado, pero si ahora que las jóvenes levantaron la voz decimos que hay un problema más importante… No, se los debemos a ellas y debemos ser respetuosos”, expresaron enviados de la abogacía general.