a habido una caída en la producción de petróleo y gas natural durante años. El gobierno actual se ha propuesto frenar la caída y recuperar en lo posible la disminución de estos recursos naturales.
Para este propósito ya existen obras encaminadas a ello. La situación, aunque es de recuperación, nos demuestra que es acertado hacer lo posible para agilizar la utilización de otro tipo de comunicación.
La corrupción ha tenido mucho que ver con las opciones para transportarse por vías diferentes a los automotores de combustión interna. El daño de la corrupción se ve cada vez más, porque en este gobierno, la información es mayor y más amplia. Tenemos los ejemplos de los negocios millonarios e ilíci-tos que se iban a realizar con la construcción del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México
en lugar de invertir en la rehabilitación y modernización del sistema ferroviario, que en otra época fue de gran utilidad.
También, ahora conocemos las grandes ventajas para las empresas estadunidenses, con la venta de gas a nuestro país. La generación de electricidad también está sometida a las decisiones de empresas privadas, tanto del país como extranjeras.
El aumento del transporte eléctrico podría ser una realidad, si en la nación aumentara la explotación de los recursos naturales renovables con los que contamos. como ejemplo de ello está la zona de energía termodinámica que tenemos en el Golfo de California. Esta zona tiene gran potencial para producir energía eléctrica mucho más barata que la que pagamos a las empresas estadunidenses.
La utilización de otras formas de comunicación no ha estado lejos de la corrupción que heredamos de gobiernos anteriores, desde Miguel de la Madrid hasta Enrique Peña Nieto.
Aunque se ha demostrado que la utilización del sistema ferroviario resulta de mayor utilidad y menor gasto, que el transporte dependiente de las gasolinas, predomina el último.
El atraso en la utilización de vías de comunicación menos contaminantes y de menor costo tienen una relación directa con el sistema de corrupción que se ha filtrado en prácticamente todos los niveles.
Las guerras comerciales entre las potencias económicas actuales, como Estados Unido, Rusia y China, principalmente, determinan el nivel y velocidad de desarrollo de otros países con menor capacidad industrial, como lo es nuestra nación. Pero también ha tenido que ver la constante competencia del mercado mundial en el nivel de desarrollo industrial y en el avance tecnológico nacional.
La explotación nacional de petróleo subió al máximo en 2004. La cifra mayor fue de 3 mil 383 miles de barriles diarios (mbd). El año pasado, 2019, fue en promedio mil 679 mbd, casi la mitad de 2004. El gobierno federal ha logrado detener esta caída de la producción de hidrocarburos y con ello se frenó el posible incremento de la compra de combustible al extranjero. El rescate parcial de la independencia o soberanía energética es una oportunidad para incrementar la búsqueda de otras fuentes de energía y de vías de comunicación.
Anteriormente se habló en este espacio de opinión sobre las minas de litio. El mayor yacimiento en el país está en el estado de Sonora. La fuente de energía que sirve para la fabricación masiva de pilas para los automóviles eléctricos y que implica una contribución en el cambio en la forma de transporte.
Por otra parte, aunque en el país se produce gas natural en cantidades relativamente menores y se importan grandes volúmenes, la obtención de dicho energético incrementa la posibilidad de recurrir a transporte más barato y menos tóxico.
Se importa gas que podríamos producir aquí, sin embargo, los contratos firmados en los sexenios anteriores no permiten que el actual gobierno pueda suspender la compra elevada de gas y estimular la obtención de este energético en territorio nacional y con tecnología propia.
La evolución de las vías de comunicación y transporte se tendrán que dar en el menor tiempo posible, pues no sólo la soberanía energética está en peligro, también el medio ambiente está en riesgo y, por tanto, la población nacional y mundial también vive en peligro.