Viernes 24 de abril de 2020, p. 30
Nezahualcóyotl, Méx., Un común denominador enlaza las historias de Florentino, Mauricio y Roberto. Durante la contingencia por la epidemia de Covid-19 los tres acudieron a la Central de Abasto de la Ciudad de México (Ceda). Hoy han dejado de laborar porque presentan todos los síntomas del virus.
Roberto, tapicero de 34 años, quedó sin empleo al decretarse la emergencia nacional, que obligó a cerrar todos los negocios considerados no prioritarios.
Para llevar el sustento a su esposa y tres hijos, decidió vender en la calle frutas y verduras, las cuales compró en el centro de abasto.
Su familia narra que el 17 de abril ingresó al área de urgencias del hospital de especialidades de la Ciudad de México doctor Belisario Domínguez, con diagnóstico de neumonía grave. La noche del lunes 20 empeoró y fue intubado.
“Mi tío –relató uno de sus familiares– acudió a dos consultorios particulares; de esos para personas de escasos recursos. El tratamiento no funcionó”.
Su esposa y otros familiares hablaron a Locatel para pedir asesoría y ayuda, pero no lo consiguieron. Roberto siguió empeorando en casa.
Un tercer médico advirtió que presentaba todos los síntomas de Covid-19 y pidió a la familia trasladarlo al hospital ubicado en la alcaldía de Iztapalapa, donde ahora lucha por su vida. Hasta el lunes, ya entrada la noche, no se sabía si le habían practicado prueba de Covid-19. Su madre ya presenta accesos de tos.
Mauricio, al igual que Roberto, vende frutas y legumbres en el municipio de Chimalhuacán. También se surtía en la Central de Abasto.
Hoy él y sus dos hijas tienen síntomas de Covid 19 y se encuentran en casa aislados.
En Chalco, Florentino, de 57 años, ha trabajado en la Central de Abasto los dos sexenios recientes. Hace casi tres semanas empezó a sentirse mal. Primero fue cansancio; luego, gripe y tos.
Aunque un médico particular le recetó siete inyecciones, su salud no mejoró. Ahora a sus malestares se sumaron la diarrea, dolor de cabeza y fiebre superior a 39 grados centígrados.
Florentino se encuentra aislado en casa intentando recuperarse, con la esperanza de que la infección no llegue a los pulmones.
La familia no ha querido acudir al hospital de alta especialidad de Ixtapaluca donde se atiende a los pacientes de Covid-19. Tiene miedo de que ingrese y no salga.