Los comerciantes informales que durante décadas atiborraron las calles aledañas al mercado de La Merced ya no venden, pues debido a que su oferta de productos son de los considerados no esenciales, se vieron obligados a dejar sus puestos para evitar contagios por el Covid-19.

Sobre las banquetas y calles que dan salida a la avenida Anillo de Circunvalación se ofrecían diferentes insumos según la temporada: para las fiestas había productos como bolsitas de dulces, adornos, globos, confeti y otros artículos; además, por estos días ya se ofrecían flores y material para los trabajos manuales y vestimenta para los bailes del 10 de mayo.

En otros meses se venden ahí disfraces en octubre y objetos relacionados con la Navidad como series de luces y árboles. También había algunos puestos con ropa, zapatos, tenis y bolsas de todo tipo, comentaron los vendedores.

Sobre esa avenida era difícil el tránsito de peatones y vehículos, por lo que por primera en muchos años se circuló sin demoras. Ahora sólo se pueden ver las estructuras tubulares que aún se mantienen sobre las aceras, bancos apilados, tablones y plásticos.

Como sucedió con el mercado de Sonora, que pese a la resistencia de los comerciantes –quienes bloquearon vialidades para protestar por la clausura de sus negocios abiertos–, el cierre se efectuó.

Tras la determinación de las autoridades de la alcaldía Venustiano Carranza se permitió que los comerciantes retiraran los animales que en el citado mercado se comercializaban.

Para evitar que abran los comercios durante la emergencia sanitaria, brigadas de la alcaldía recorren la zona y verifican que se cumpla la disposición.

El personal de la jurisdicción es acompañado por efectivos de la policía auxiliar y al detectar a abierto a algún negocio no esencial se pide cerrarlo. Asimismo, la zona está bajo resguardo para garantizar que no haya pérdidas en los comercios.