Sábado 25 de abril de 2020, p. a11
Paulina Armería, taekwondoísta que en octubre pasado optó por su doble nacionalidad para competir por Italia, enfrenta la pausa mundial por el coronavirus como una experiencia de la que espera aprender, al igual que hace al instruirse con un curso de evolución humana, mientras entrena cada día confinada en Roma, antes de ir a buscar la plaza olímpica, para lo que tendrá mayor oportunidad tras el aplazamiento de un año de los Juegos Olímpicos de Tokio, a 2021.
Como mexicana, Paulina Almería Vecchi fue campeona en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, ganó la meda-lla de plata en los Panamericanos de Lima 2019 y ostentó varios títulos continentales, antes de migrar a los 23 años a Italia, donde su nivel y su ascendencia italiana por parte de madre le permitió integrarse de inmediato a la selección europea.
Fue muy impactante para nosotros, que sólo veíamos lo que sucedía en China, de un día para otro asimilar tantos cambios y decretos que daba el gobierno, más cuando pasó lo inesperado: el cierre de todo
, compartió en entrevista la atleta que se resguarda en casa del entrenador nacional y su familia, en Roma, desde que fue cerrado el Comité Olímpico Italiano, donde vivía hasta antes de aplicarse en el país restricciones por la pandemia.
Siempre activa
Ha sido un sube y baja de emociones, pero la verdad es que ya me acostumbré. Ya perdí la cuenta de los días que llevo sin salir de la casa, pero lo que me ayuda muchísimo es estar activa, tener una pequeña rutina, y como sea estoy avanzando en ciertas áreas y eso me tiene tranquila
, afirma animada la atleta, quien fue recibida en casa del mánager del equipo nacional, Carlo Molfetta, campeón olímpico en Londres 2012.
Lo que sí es que me estoy levantando más tarde de lo normal. Primero desayuno, y antes de salir a entrenar al balcón, estoy haciendo un curso que me encontré en Internet sobre la evolución del universo y del ser humano; me gusta aprender cosas diferentes, trato de activarme mentalmente
, comenta.
Luego salgo a entrenar, a veces Carlo me ayuda; pateo un poco o hago el trabajo que me toque de fuerza. Después se despierta la gente en México, hablo con mis amigos, mis familiares, a veces tengo sesiones con mi sicólogo del equipo
, concluye.