El confinamiento por el Covid-19 ha dificultado a las mujeres el pleno ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos, sobre todo el acceso al aborto seguro, afirmaron Aidé García Hernández, coordinadora de relaciones interinstitucionales de Católicas por el Derecho a Decidir, y Nicte-Há Tovar Burgos, de la colectiva Las del Aquelarre Feminista.

Trece años después de la aprobación de la ley que permite la interrupción legal del embarazo (ILE) en la Ciudad de México, en entrevista con La Jornada expresaron, por separado, que a pesar de la contingencia por el SARS-CoV-2 se debe garantizar ese derecho.

García Hernández indicó que en las actuales circunstancias la Secretaría de Salud (de la CDMX) tiene un doble desafío y alertó que ahora hay riesgo de que en confinamiento las muejres no tengan aceso a los métodos de prevención y que con la violencia sexual se puedan generar embarazos no planeados.

Conminó a que se pongan servicios de medicina a distancia, se facilite el aborto con medicamentos, el acceso a métodos anticonceptivos y se garantice el cumplimiento de la NOM 046.

Tovar Burgos comentó que durante la cuarentena, muchas mujeres que requieren aplicar la ILE pierden la privacidad, lo cual complica el acceso a ese servicio, y lo tienen que hacer a escondidas, muchas veces están confinadas con el agresor y han buscado orientación en nuestra colectiva.

Narró que incluso se les complica ir a las farmacias a comprar los medicamentos, en caso de ser un proceso en casa, y que para ello están más limitadas por la convivencia con sus familias.

Acerca de la ley de amnistía, celebró que se puedan acoger a ella las mujeres que, en diversos estados donde se castiga el aborto, han sido recluidas y condenadas por hacer uso de sus derechos sexuales y reproductivos.

Diversas agrupaciones feministas realizaron un pañuelazo virtual, con el fin de conmemorar la aprobación de la ILE hasta las 12 semanas de gestación.