El ingreso que obtiene este sector es de uno a dos salarios, señala
Martes 19 de mayo de 2020, p. 29
Por el desempleo y la precarización del trabajo que se esperan cuando pase la emergencia sanitaria en la Ciudad de México, el trabajo no asalariado, donde personas de entre 17 y 80 años de edad han encontrado un modo de subsistencia autoempleándose en actividades como la de organillero o aseadores de calzado, podría verse incrementado, advirtió Tania Espinosa, coordinadora para la Ciudad de México de Mujeres en Empleo Informal Globalizando y Organizando (Wiego, por sus siglas en inglés).
De hecho, este año la demanda para obtener espacios para aseadores de calzado y organilleros ya había crecido mucho, mientras trabajos no asalariados, como el de vendedor de publicaciones y revistas atrasadas o de trovador, no sufrieron incrementos porque en la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo no se habían expedido más permisos para desarrollar estas actividades, indicó.
El ingreso que obtienen las personas con un trabajo no asalariado en la Ciudad de México es de uno a dos salarios mínimos, aunque pueden variar de acuerdo con la semana o la quincena, e incluso podrían ganar un poco más dependiendo de la zona, la afluencia de gente y la calidad con la que hagan su labor.
Hay que considerar que de los ingresos que obtienen deben descontar lo que gastan en desayuno, comida y pasajes, agregó la experta en derecho internacional.
Con la figura de trabajador no asalariado, creada en 1975 durante el sexenio del presidente Luis Echeverría, laboran en la capital del país más de 3 mil aseadores de calzado, 50 integrantes de conjuntos norteños, 25 trovadores, 282 organilleros y 500 vendedores de publicaciones y revistas atrasadas, añadió.
En general trabajan de ocho a 10 horas diarias; organilleros o aseadores de calzado están en todas las demarcaciones, vendedores de publicaciones y revistas atrasadas en 14 demarcaciones (menos en Milpa Alta y Magdalena Contreras) y trovadores, grupos norteños y artesanos en Cuauhtémoc.
En cuanto a sus edades, los organilleros tienen entre 17 y 78 años, los aseadores de calzado entre 17 y 80 años, los trovadores entre 40 y 80 años, los norteños entre 20 y 80 años, y los vendedores de publicaciones y revistas atrasadas entre 25 y 90 años.
Para muestra…
Durante 25 años, Moisés Rosas Valencia se ha autoempleado de organillero, interpretando melodías como La vida en rosa, El danubio azul, Fascinación, Las mañanitas, Las golondrinas y El ausente, entre otras. Cada día cubre un horario de 9 de la mañana a 2 de la tarde y en un día normal gana alrededor de 300 pesos. Sin embargo, la emergencia sanitaria le ha generado una baja sustancial en sus ingresos, por lo que no pudo mantenerse en su casa, apuntó.