Desdoblarse en promotor y boxeador en tiempos de coronavirus fue un verdadero lío para Carlos King Molina. En medio de la pausa de actividades no esenciales por la pandemia, decidió ser el primero en volver con el formato de espectáculos deportivos sin público en Michoacán, el único registrado en México hasta el momento.

Molina había previsto volver en mayo, pero admite que le aconsejaron esperar a junio para poder realizar la primera función de boxeo en esta modalidad.

Mientras la autoridad federal refrendó que el país se encuentra en estado de máximo riesgo de contagio, Michoacán puso en operación un sistema de banderas para indicar la situación sanitaria por regiones en su territorio. Así, existen municipios catalogados con bandera roja por la intensidad de los contagios y, en contraste, otros con verde, cuyos casos son escasos o no se han registrado en las últimas semanas.

Fue un problema hallar un municipio que no tuviera alto riesgo para que nos dieran los permisos, cuenta Molina; ya que lo encontramos, ellos se encargaron de gestionar con la autoridad y nosotros de cumplir con las normas sanitarias para tener la función sin público y con menos de 40 personas en total de todos los que participamos.

Michoacán suma hasta la tarde del lunes 2 mil 611 casos confirmados y 230 defunciones por Covid-19. La función fue organizada en una zona cercana a Pátzcuaro, que aparece en el mapa de la Secretaría de Salud estatal con bandera verde, pues desde hace más de 20 días en el municipio no se han contabilizado nuevos contagios.

Cumplieron las medidas

Tuvimos que sanitizar y controlar tal como nos pidieron, relata Molina; nos esperamos hasta este fin de semana de junio para poder hacerlo y en una región en la que nos lo permitieran.

King fue el estelar de esa velada que organizó. La función, asegura, fue un poco para tener actividad después de la pausa por la pandemia, aún presente, y también para tantear el negocio en el futuro inmediato, con previsibles nuevas exigencias. Fue transmitida por Facebook con un costo de alrededor de 100 pesos.

Un poco fue porque necesitábamos volver a hacer nuestro trabajo como boxeadores, cuenta Molina; pero también para ver cómo va a ser el negocio del boxeo sin público y con transmisiones por otros medios distintos a la televisión.