Nueve días antes de que entre en vigor del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el país tiene pendientes en materia laboral, enfrenta amenazas de quejas por trabajo infantil y el sector empresarial está un poco asustado por cumplir la reforma a la Ley Federal del Trabajo, manifestaron especialistas.

Raúl Maillard Barquera, presidente de la Comisión Laboral de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), comentó que falta que el Congreso mexicano apruebe seis reformas para cumplir los compromisos adquiridos y se prevé que éstas se realizarán al vapor en los días siguientes.

Hay faltantes en materia laboral, agregó, pues aún no están listos el centro conciliatorio, los juzgados laborales y no se han efectuado exámenes para definir a jueces y conciliadores, así como la infraestructura para cumplir, porque no existen recursos materiales y económicos.

No es falta de capacidad de las autoridades. Es un tema de tiempo muy escaso para prepararnos a un cambio al que se nos obligó.

Agregó que el gobierno federal no es pasivo, pues ha avanzado de manera eficaz en materia de libertad de asociación, derecho de negociación colectiva y legitimación de estatutos y contratos colectivos de los sindicatos.

Maillard Barquera destacó que los socios del norte buscan pegar a México mediante denuncias anónimas sobre trabajo infantil, que supuestamente ocurre en empresas que producen jitomate, chile y berries.

Explicó que existe desventaja, pues las denuncias anónimas obligan a que las compañías dejen de exportar al mercado estadunidense hasta que demuestren su inocencia, lo cual implica un proceso tardado a pesar de que se utilice el panel de respuesta rápida que propone el anexo 31-A.

Es preciso, apuntó, que se documente toda la cadena productiva de la horticultura para evitar que eso suceda. Hay que demostrar desde antes que somos inocentes, enfatizó.

Interrogado sobre si México sabía de una vigilancia estricta en materia laboral, Maillard Barquera dijo que sí. Hay mucha presión del norte hacia el gobierno mexicano. Vamos a tener que enfrentar, demostrar todas las cadenas productivas, para no dar lugar a que nos sancionen, suspendan y se inicie un procedimiento en contra de la industria mexicana, comentó.

Saúl Escobar Toledo, profesor investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia, comentó que, más allá de la preocupación por denuncias anónimas sobre trabajo infantil, los empresarios están un poco asustados porque saben que hay todo un aparato, un conjunto de reglas e instituciones que vigilarán los derechos laborales y serán reportados al Congreso de Estados Unidos, por lo que habría sanciones de tipo comercial.

Están preocupados porque nunca lo han hecho. Para ellos es una cosa que no tiene precedente, no entienden, puntualizó al referirse al cumplimiento de la reforma laboral por el sector privado.

Destacó que anteriormente nadie se quejaba, porque no había sindicatos independientes y los gobiernos estaban contentos con que no hubiera huelgas o paros, pero ahora sí habrá más condiciones para que se respete la legislación laboral.

Existirá mayor vigilancia, porque para los estadunidenses era inconcebible que antes de que estuviera construida una fábrica ya existía un sindicato.

Al preguntarle si el T-MEC será benéfico para los trabajadores, Escobar Toledo respondió que sí, porque la reforma laboral de 2019 fue producto de varias coincidencias. Una, añadió, fue que los demócratas en Estados Unidos no iban a ratificar el tratado si no se aplicaba un capítulo en la materia muy estricto.

Recordó que la negociación fue complicada por la presión de los sindicatos estadunidenses, pues el tratado no podía ser igual que en el pasado, ante el temor de que la mano de obra fuera trasladada a México.

Además, el entonces nuevo gobierno de México estaba abierto al cambio para hacer un tratado más progresista y en la Organización Internacional del Trabajo había muchas quejas sobre la situación que había en el país, lo que se tradujo en ser más sensible y cambiar el marco legal.