París. La temporada 2020 de Fórmula 1 comienza este fin de semana en Austria, en unas condiciones jamás vistas debido a la pandemia de Covid-19, que obliga a que las carreras se disputen sin público y con rigurosos controles sanitarios casi militares, promete el director deportivo de la máxima categoría automovilística, Ross Brawn.

Con el fin de organizar los grandes premios, los dos primeros en el Red Bull Ring de Spielberg, que presenta la ventaja de estar relativamente aislado, la Federación Internacional del Automóvil (FIA), la F1 y los equipos han elaborado un protocolo al que cada persona presente en el sitio debe adherirse.

Todos serán sometidos con antelación a test de coronavirus y control de temperatura, y después cada cinco días durante la primera serie de tres carreras en el calendario (la última en Hungría el 19 de julio).

Antes de la competencia, los telespectadores no verán el tradicional desfile de pilotos. El podio se realizará también en condiciones diferentes y todavía desconocidas.

Mercedes y Lewis Hamilton, dominadores de los ensayos de pretemporada a finales de febrero, son favoritos. Ayer, la escudería anunció que usará autos negros y sus pilotos portarán uniformes de ese color esta temporada, además de diversificar a su personal como parte de su compromiso antirracista.