Científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) están por iniciar las pruebas de evaluación de un nuevo tratamiento para pacientes con Covid-19.

Joselín Hernández, de la Unidad de Medicina Experimental de la UNAM en el Hospital General de México (HGM), donde se probará la terapia basada en la administración de bajas dosis de glucocorticoides intranasales, en particular dexametasona, señaló que necesitamos más herramientas para evitar que las personas hospitalizadas lleguen a la unidad de cuidados intensivos, y estando ahí no mueran.

El protocolo de investigación se realizará en conjunto con médicos del HGM y los institutos Nacional de Neurología y Neurocirugía y Nacional de Cardiología, así como con investigadores de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional, las universidades Autónoma de San Luis Potosí y Nacional Autónoma de Morelos y el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos.

El objetivo es prevenir en pacientes moderados la desregulación de la respuesta inflamatoria y en pacientes graves las complicaciones respiratorias severas que obligan a la intubación y ventilación mecánica, así como en pacientes severos reducir el tiempo de asistencia respiratoria y mortalidad.

Hernández indicó que cuando les propusieron trabajar en este proyecto sabían que podía ser una buena opción, sobre todo para evaluar si el uso de glucocorticoides puede evitar que pacientes graves no críticos progresen a pacientes críticos.

Graciela Cárdenas, del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, coincidió en que el protocolo puede brindar herramientas para tratar a pacientes con Covid-19.

Edda Sciutto, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBO) de la UNAM, resaltó que si los resultados son como esperan, buscarán que la aplicación de dexametasona intranasal se realice en otras instituciones.

Sciutto, por otra parte, encabeza un grupo de investigación que desarrolla una vacuna contra el virus causante del Covid-19. Su grupo, que ha estudiado biológicos para prevenir la cisticercosis, trabaja en una sustancia sintética y se evalúa la posibilidad de que ésta sea intranasal o inyectada.

Hay vacunas basadas en el patógeno completo y otras en algunos de sus componentes, que pueden ser recombinantes o sintéticamente producidos. En nuestro caso identificamos regiones del virus que pudieran tener gran capacidad de inducir respuesta inmune, con el objetivo de sintetizarlas con alto grado de pureza. Es lo que estamos evaluando actualmente en el IIBO: su capacidad de inducir una respuesta inmune eficiente, detalló.