Lunes 27 de julio de 2020, p. 22
El negocio de la subcontratación se cuadruplicó en 14 años. De acuerdo con datos de los Censos Económicos, el personal que trabaja para una empresa mediante un tercero avanzó de 2004 a 2018, siendo el tipo de reclutamiento que más se incrementó en el país.
Según los datos más recientes publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 4 millones 128 mil personas trabajaron vía un intermediario sin acceso a prestaciones para la empresa o negocio en el que finalmente producen; esa cifra es cuatro veces mayor al millón 2 mil que se registraron bajo dicha modalidad en 2004.
Además de la venta de personal entre empresas, el esquema por honorarios –que deslinda a los empleadores de contribuir a la seguridad social del trabajador– aumentó 43.8 por ciento, debido al impulso que tuvo de 2009 a 2014. Pasó de 386 mil 966 en el Censo Económico de 2004 a 556 mil 444 en el más reciente.
En total hay 4 millones 685 mil empleados que no dependen de la razón social para la que trabajan y equivalen a 29 por ciento de todos los asalariados que producen para un empresa o establecimiento en el país; en retrospectiva, todavía en 2004 representaban 13 por ciento.
De acuerdo con las autoridades fiscales, la evasión vía factureras se usa también para los subregistros ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (MISS) y la subcontratación ilegal. Zoé Robledo, director general de esa institución, destacó que por los esquemas ilegales de tercerización se evaden 21 mil millones de pesos anuales.
La afectación es al trabajador no sólo en las prestaciones sociales directas, sino también en infraestructura. Ese dinero equivale a la construcción de 14 hospitales de segundo nivel o 210 unidades médicas de primer nivel de atención, explicó.
El Inegi exhibe que hay una brecha entre el personal ocupado en negocios, las remuneraciones que perciben y las contribuciones patronales al Seguro Social. Mientras los empleados aumentaron 54 por ciento, las remuneraciones totales en las empresas –incluidos jefes– crecieron 149 y las contribuciones a la seguridad social 113.
Sobre el personal dependiente de la razón social, por cada uno que se adhirió a este esquema en los últimos 14 años cuatro más componen a los trabajadores sin respaldo laboral, ya sea vía un tercero o por contarse en un esquema de honorarios.
Todo desemboca en que el pago por la fuerza laboral ha restado como parte del valor agregado que se genera vía la producción, plantea el Inegi. En 2004, las remuneraciones de los empleados representaron 26 por ciento, mientras en 2018 resultaron en 20.88.