Domingo 2 de agosto de 2020, p. 9
Tigres parecía un ganador indiscutible. Dominio, amenaza y el gol que los mantuvo arriba gran parte del segundo tiempo. Pero Pachuca reaccionó en los últimos minutos y pusieron al borde de una derrota a los de la UANL, que tuvo que conformarse con un empate 1-1 en la segunda jornada del torneo Guardianes 2020.
El simulacro del futbol echó mano de un repertorio de lugares comunes para este duelo. Cantos grabados y ovaciones que salían de los altavoces del Volcán, cubierto con pantallas para hacer sentir menos solos a los 22 jugadores que trataban de olvidar que en ese lugar estaban los equipos y nadie más.
Algunos como André-Pierre Gignac moviéndose como un depredador, apareciendo por momentos, pero siempre con esa aura de peligro que lo rodea. Era el de toda la vida pues. Al menos así lo dejó ver desde el inicio del duelo, con toques visionarios que anticipan lo que puede ocurrir segundos después. Un pase de una precisión escalofriante, pero que en la mente del francés tenía que aprovechar Edu Vargas. Éste, sin embargo, jugaba en otra modalidad, interpretaba otras cosas, y al centro prodigioso del francés lo convirtió en una serie de toques innecesarios que estropearon una oportunidad irrepetible.
En el intermedio, los 11 jugadores de la UANL van al vestidor seguramente a escuchar lo gritos desaforados del Tuca Ferretti, quien portaba su cubrebocas negro que le daba un semblante de villano de historieta.
Y lo que les dijo, si ocurrió, surtió efecto, porque al minuto 52 Tigres por fin culminó una jugada. Javier Aquino retrasó la pelota en el carril derecho para que Jesús Dueñas hiciera gala de su pierna diestra y colocara el disparo fino, bien trazado y abriera el marcador.
La defensa de los Tuzos estaba desconectada. Les pasaban los trazos peligrosos, incluso al portero, y si no culminaban en otro gol era por minucias o franca fortuna. En esas confusiones Dueñas estuvo cerca de meter el segundo, pero lograron desviarlo para córner. No llegaba ni Gignac, tras un centro de Pizarro, que recortó y quiso definir de zurda pero se pasó por poco. El francés con las manos en la cabeza maldijo en dos idiomas. Y enseguida la intentó con una chilena. Merecía entrar.
Cuando parecía que Pachuca no podía evitar una derrota, un error en la marca de Tigres, un rechace de Nahuel Guzmán, pero con la oportuna intervención de Ismael Sosa se consumó el empate del cuadro hidalguense.