Domingo 16 de agosto de 2020, p. 13
A finales de julio e inicios de agosto, organizaciones de familiares de de-saparecidos exploraron fosas clandestinas ubicadas en el municipio de Petatlán, Guerrero, en zonas alejadas bajo control del crimen organizado y cuya población se encuentra prácticamente abandonada
.
Margarita López, integrante del colectivo Buscando Cuerpos en el País, explicó en entrevista con La Jornada que del 30 de julio al 6 de agosto este grupo encontró y comenzó a explorar varios entierros ubicados en La Botella, Santa Rosa y Coyuquilla, cercanas al municipio de La Unión de Isidoro Montes de Oca, donde hallaron al menos 10 cuerpos.
Detalló que los restos encontrados en la zona de Zihuatanejo son recientes, de entre tres y seis meses de antigüedad, algunos con mucho tejido todavía, y tenían ropa de playa, con bermudas y sandalias, como si fueran turistas
. No se descarta que ahí también se encuentren cuerpos enterrados desde hace años, que no son fáciles de ubicar, porque su rastro olfativo ya se perdió.
López –cuya hija Yahaira Guadalupe Bahena fue desaparecida y asesinada en 2011 en Oaxaca– señaló que muchas fosas exploradas en estas semanas se ubican en zonas de difícil acceso y muy riesgosas, pues los familiares han sufrido amenazas e intentos de agresión, mientras otras están –para su sorpresa– en playas con actividad turística.
Estamos en zona de disputa y no es muy agradable meterse a recuperar cuerpos ahí, pero vamos a continuar. El Ejército ahorita está resguardando el área y sólo esperamos indicaciones para poder regresar. Mucha gente me habla para contarme dónde hay más fosas y me dicen que de ahí podemos sacar cuerpos que cabrían en dos tráileres completos, pero debemos visualizar el riesgo y llevar fuerzas suficientes
de protección.
Indicó que en los primeros seis meses del año lograron identificar al menos 12 cuerpos, pero lamentó que dichos restos y decenas más aún no han sido entregados a sus familiares por falta de coordinación o de apoyo de las autoridades.