Opinión
Ver día anteriorDomingo 30 de agosto de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Migración extracontinental
E

l mundo migrante, después de la Segunda Guerra Mundial solía estar dividido en dos grandes hemisferios, el americano de Alaska a la Patagonia y el europeo de los países nórdicos hasta el Cabo de Buena Esperanza.

Estados Unidos y Canadá fueron el imán migratorio para varias generaciones de latinoamericanos y caribeños. Por su parte Europa recibía intensos flujos migratorios de sus antiguas posesiones coloniales en África, Medio Oriente y gran parte de Asia.

En Estados Unidos viven y trabajan cerca de 40 millones de los llamados hispanolatinos; en Europa se reparten de manera simétrica los orígenes migrantes de acuerdo con las viejas posesiones: indios y pakistaníes en Reino Unido, magrebinos en Francia; moros en España; turcos en Alemania, indonesios en Holanda.

Este equilibrio empezó a romperse a fines del siglo XX. Los países andinos, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia empezaron a emigrar a la madre patria, de manera paralela surgió la migración transgeneracional de hijos o nietos de migrantes europeos que volvían a la tierra de sus ancestros, especialmente a España e Italia.

El equilibrio se ha roto en el otro sentido. Han empezado a llegar a América migrantes de África y Asia que no estaban en el tradicional libreto de las migraciones chinas.

La llegada de inmigrantes extracontinentales tiene una conexión directa con la ausencia de requisitos de visa y las puertas de entrada principales han sido Ecuador y Brasil y en menor medida Guatemala, Cuba y Panamá.

En junio de 2008 el presidente Rafael Correa promulgó una política de puertas abiertas y de ciudadanía universal. Y en tres meses, de julio a septiembre, el experimento dio resultados, llegaron a Ecuador 14 mil 549 ciudadanos chinos, de los cuales sólo 32 solicitó refugio. Una parte se quedó en el país, especialmente en Guayaquil, otra se fue a Perú y otros más a Estados Unidos. En diciembre, se tuvo que dar marcha atrás y poner el requisito de visa a los chinos.

Dos años después, en 2010, Ecuador volvió a rectificar y exigir visa a los ciudadanos de Afganistán, Bangladesh, Eritrea, Etiopía, Kenia, Nepal, Nigeria, Pakistán y Somalia. Las redes de tráfico y trata habían encontrado el camino para hacer sus negocios. La apertura ecuatoriana se refleja en los datos colombianos, entre 2008 y 2010 fueron deportados 288 ciudadanos de Eritrea, 278 de Bangladeh y 117 de Somalia. Y también se reflejan en México, en el mismo periodo fueron detenidos mil 600 asiáticos y mil 500 africanos.

La otra puerta de entrada al continente es Brasil, especialmente de países africanos de habla portuguesa que no requieren de visa, por acuerdos de libre circulación, como Mozambique, Angola, Guinea Bissau, Cabo Verde y otros. También llegan muchos con pasaporte falso de África de Sur, que no requiere visa. Durante las Olimpiadas y el Mundial de Futbol hubo gran apertura y muchos aficionados de los países africanos que vinieron a competir, aprovecharon para quedarse o entrar al continente.

En menor escala Panamá y Cuba son también puertas de entrada, Cuba por la conexión aérea, desde Moscú, y Panamá por ser un centro logístico internacional. Y recientemente Guatemala quitó la restricción de visa a los ciudadanos indios y ya empezaron a llegar.

Las fuentes mexicanas sobre migrantes detenidos en situación migratoria irregular reflejan estas tendencias, con el agravante de que concentran como en un embudo todas las corrientes migratorias que fluyen por el continente.

La migración china es de las más numerosas y entran a México por la vía legal y la irregular. Están a la vista de todos la gran cantidad de restaurantes chinos en todas las grandes ciudades, incluso las medianas y las pequeñas. El negocio de la gastronomía es la puerta de entrada para quedarse y traer a la familia, luego el salto a Estados Unidos es siempre una posibilidad. Pero los chinos no le hacen el feo a México, ni a ningún país, donde haya negocio y trabajo se quedan.

En segundo lugar llama la atención la inmigración de la India que llega por Guatemala y se interna de manera irregular, muchas veces camuflada con las redes centroamericanas y las caravanas. Entre 2010 y 2019 fueron capturados 15 mil 766 indios, que pretendían llegar a Estados Unidos. También ha cobrado importancia la inmigración de esa región: Pakistán, Afganistán y Bangladesh, de este último país fueron capturados 4 mil 589 en el mismo periodo.

La migración africana también creció en la pasada década, Somalia, Ghana y Eritrea ocupan los primeros lugares en la década. Pero en 2019 fue Camerún el que ocupó el primer lugar en cuanto a detenidos, 3 mil 100, luego El Congo, mil 800, Angola 857, Eritrea 369 y Ghana 196.

La migración de Asia y África está comenzando, son cifras comparativamente bajas, pero marcan una tendencia irreversible. La política de deportación no es solución, y pretender que se los puede enviar a todos de regreso, así sean de Marte, como diría el inefable Francisco Garduño, es irresponsable, además de petulante.

No obstante, ¿a quién hay que preguntarle sobre la política migratoria mexicana al respecto? A ¿Alejandro Encinas?, a ¿Marcelo Ebrad?, a ¿Sánchez Cordero?, a ¿Francisco Garduño?