Frente a la incesante violencia en el conflicto agrario entre Aldama y Chenalhó, Chiapas, con saldo de 26 muertos y 24 heridos, y en el que oficialmente fue reconocida la participación de un grupo paramilitar, el presidente Andrés Manuel López Obrador convocó a construir un acuerdo de paz y conciliación, en el que intervengan autoridades constitucionales y tradicionales, defensores de derechos humanos, pastores evangélicos, sacerdotes católicos, organizaciones civiles, para que todos se unan y se vean como hermanos.

El subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, admitió la intromisión desde hace un mes de paramilitares –como ha documentado La Jornada al dar seguimiento puntual al caso–, pero aseguró que no tienen vínculos con ninguna de las dos comunidades.

Afirmó que corresponde a la fiscalía del estado investigar para el deslinde de responsabilidades y castigo a los culpables.

El grupo paramilitar que apareció (en Santa Martha, Chenalhó), que incluso hizo el amago del disparo a un helicóptero, no tiene vínculo con las comunidades. Yo sí creo que hay factores externos en el entorno de ambas comunidades que quieren alentar el conflicto, aseveró ayer en conferencia de prensa en Palacio Nacional.

Encinas también admitió que el asesinato en agosto de un habitante de Chenalhó –con lo que ascendió a 20 el número de fallecidos por la confrontación en esa comunidad, mientras en Aldama suman seis– da cuenta de que muchos grupos no están dispuestos a cooperar con la autoridad local y tradicional en la solución de este conflicto desde hace cuatro décadas por 60 hectáreas.

Detener el odio

López Obrador llamó a que todos los involucrados participen en la construcción del acuerdo que detenga la confrontación y el odio en esta disputa entre campesinos indígenas pobres, y también haya un replanteamiento sobre nuestra responsabilidad como dirigentes.

Sostuvo que es fundamental la reconciliación y actuar con paciencia, sin tomar partido por un bando u otro.

En Chiapas y Oaxaca hay buenos ejemplos. Una vez me conmovió ver cómo huérfanos de un lado y de otro que habían perdido a sus padres en enfrentamientos estaban juntos firmando la paz, reconciliándose como hermanos, comentó.

A pregunta expresa sobre la posible intervención de un hermano del ex líder paramilitar de Paz y Justicia, el mandatario planteó ir a hablar con ellos y conciliarlo.

Avances

Encinas, por su parte, resaltó que avanza la última propuesta para la distribución del territorio en conflicto, al señalar que la asamblea de comuneros de Aldama aceptó por unanimidad que se le entreguen 32.5 hectáreas y esperaban que ayer resolviera la de Santa Martha que se le otorgaran 27.

Destacó que el gobierno federal ha implementado acciones en materia de salud, de atención a desplazados, en tareas de seguridad y protección ciudadana –que incluyen la destrucción de parapetos y trincheras desde donde francotiradores efectuaban disparos.

Asimismo, programas de bienestar y proceso de reparación de daño para ayudar a reconstruir el tejido social y crear las condiciones de reconciliación entre ambas comunidades, pero se requiere, añadió, un acuerdo definitivo sobre el problema agrario de origen.