El Fondo de Salud para el Bienestar no desaparecerá, aseguraron funcionarios de la Secretaría de Salud (SSa). Lo anterior, no obstante la pretensión de algunos diputados de incluirlo en el dictamen por el cual se cancelarían 109 fideicomisos y fondos públicos de diferentes áreas.

Desde que se planteó la idea de recuperar para la administración federal esos recursos económicos, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que no se incluiría al Fondo de Salud para el Bienestar, nombre con el cual se sustituyó al Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos.

Ayer, La Jornada confirmó que se mantendrá el Fondo de Salud para el Bienestar, el cual es administrado por el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi). Incluso está en proceso la elaboración de sus reglas de operación.

En un borrador del documento se establece que los montos para el pago de las enfermedades de alto costo se determinarán cada año (en diciembre).

Empezará a funcionar con las 66 intervenciones que ya estaban en la cobertura del Fondo de Gastos Catastróficos. Nuevas enfermedades o ampliaciones deberán ser autorizadas por los comités del Insabi, previo cumplimiento de requisitos, entre otros que el Consejo de Salubridad General haya determinado que son padecimientos de alto costo.

El borrador del reglamento indica que el dinero se distribuirá en tres subcuentas del fondo: atención de enfermedades que provocan gastos catastróficos; para complementar los recursos destinados al abasto y distribución de medicamentos y demás Insumos, así como del acceso a exámenes clínicos, y atención de necesidades de infraestructura preferentemente en las entidades federativas con mayor marginación social.

De la primera subcuenta también se podrán autorizar recursos para tratamientos de enfermedades que no están en el antiguo Fondo de Gastos Catastróficos.

Las entidades deberán presentar las previsiones de gasto, con la limitante de que el monto a autorizar será de hasta 20 por ciento respecto de la inversión total.

Todas las solicitudes de dinero que planteen los estados estará sujeta a la disponibilidad de recursos de cada subcuenta.

De enero de 2004 a diciembre de 2019, el fondo tenía más de 80 mil millones de pesos, de los cuales el gobierno federal tomó 40 mil millones, para invertirlos en el Plan Nacional de Salud y concretar la atención y medicamentos gratuitos para todas las personas sin acceso a la seguridad social.

Ese trabajo quedó parcialmente detenido por la pandemia de Covid-19, pues el dinero se ha utilizado para la adquisición de equipos y medicamentos.