Viernes 30 de octubre de 2020, p. 24
Nueva York., Ante un torrente de votos emitidos de manera adelantada, persistentes sondeos en su contra y nuevos brotes récord de la pandemia, Donald Trump está apostando a descalificar los resultados con una serie de maniobras legales y cuestionamientos a la legitimidad de la elección.
Con más de 80 millones de votos emitidos antes del 3 de noviembre vía correo o depositados en casillas especiales –cifra sin precedente–, y una desventaja de 10 puntos en el promedio de las encuestas nacionales, con márgenes menos amplios pero significativos en varios de los estados claves, Trump está redoblando sus esfuerzos no sólo para suprimir el voto, sino para cuestionar el conteo final.
Desde hace semanas el presidente ha criticado, sin pruebas, que el voto por correo es proclive al fraude y hasta afirmó falsamente que es ilegal
que estados cuenten votos recibidos después del día de las elecciones (más de 20 entidades requieren que todos los votos enviados antes y hasta el 3 de noviembre deben ser contados).
Trump y su campaña han interpuesto varias demandas contra extensiones de la fecha límite para aceptar votos por correo, ganando algunas. Ayer denunció una vez más que los demócratas están intentando robar esta elección
y pidió a sus bases salir a votar de forma masiva, prometiendo una ola republicana.
Ante el volumen del voto ya emitido, el cual se supone favorece en gran medida a su contrincante Joe Biden y los demócratas, y con la suposición de que el voto republicano emitido en persona el día de las elecciones será más grande, opositores al presidente temen que Trump proclame su victoria ese mismo día con el conteo parcial sólo de los votos depositados ese día en las urnas y antes de que se cuenten todo los sufragios, lo cual tardará posiblemente días. Una vez proclamado el triunfo, Trump y sus aliados denunciarán fraude cuando al contarse el voto por correo su ventaja sea revertida
Otro peligro es que el equipo del presidente busque la forma de frenar el conteo completo con maniobras legales ante jueces conservadores (lo cual podría incluir eventualmente a la Suprema Corte) y con la ayuda de autoridades estatales donde los republicanos tienen control del proceso en varios estados claves.
La versión política del infierno está programada para el próximo miércoles, cuando los demócratas estén enloqueciendo (y los republicanos festejando) por totales del voto que muestran a Trump ganando con amplios márgenes en estados en el medio oeste, pero es una ilusión porque millones de votos por correo aún no estarán contados
, advierte el analista Dave Wasserman del Cook Political Report.
Los dos contendientes realizaron actos en Florida, estado clave sin el cual ningún republicano ha ganado la elección presidencial y donde ayer Biden declaró en un mitin que si es ganador por los demócratas, eso sellará su triunfo nacional.
Ambos compitieron por el voto latino del sur de Florida, lo que implicó ataques a Cuba y Venezuela de los dos contendientes. Biden argumentó que Trump no puede “promover la democracia y los derechos humanos del pueblo cubano o del pueblo venezolano… porque ha elogiado a tantos autócratas del mundo”.
Poco después, Trump respondió por tuit: nuestros opositores quieren convertir a Estados Unidos en la Cuba comunista o en la Venezuela socialista
.
Biden centró ayer parte de su mensaje de campaña en la separación de niños migrantes ordenada por el gobierno de Trump, flanco muy vulnerable del presidente, sobre todo entre mujeres y madres, al anunciar que establecerá desde su primer día como mandatario un grupo de trabajo para reunificar a 545 niños separados cuyos padres no han sido ubicados, y también difundió un nuevo anuncio de campaña respecto del tema (https://www.youtube.com/watch? v=PevJComISV0&feature=youtu.be).
Sobre ese mismo asunto, el Comité Judicial de la Cámara de Representantes emitió ayer los resultados de su investigación de casi dos años sobre la medida de separación de familias inmigrantes que caracterizó esa política como marcada por incompetencia irresponsable y crueldad intencional
.
Por su parte, Trump continuó acusando de corrupción a la familia de Biden y elogió la cifra emitida ayer por su gobierno de que la economía había gozado de un repunte dramático en el tercer trimestre de 33.1 por ciento, calculado como tasa anualizada. Sin embargo, el dato es engañoso, ya que en verdad fue un incremento, aun grande, de 7.4 por ciento en el PIB; pero aun así, eso es 3.5 puntos por debajo de donde estaba el PIB en el último trimestre antes de la pandemia.
Y con el tema que más desea evadir, y a pesar de que ayer se marcó nuevo récord de contagios en un solo día (más de 86 mil 600) y que se superaron los 9 millones en total, Trump una vez más descartó la severidad de la pandemia, reiterando que ya se dio la vuelta
en enfrentar esa crisis de salud pública.
Mientras, las crecientes preocupaciones de que se generará violencia relacionada con la elección han llegado a tal nivel que Walmart decidió remover armas de fuego y municiones que vende en casi la mitad de sus 4 mil 700 tiendas en ese país, informando que es por casos aislados de disturbios civiles
. Aún se pueden comprar a solicitud del cliente.
Por otro lado, el tribunal estatal de apelaciones de Michigan rechazó la petición del gobierno estatal de prohibir portar armas al descubierto por ciudadanos de ese estado en áreas cercanas a casillas.