Lucía es una pequeña y obstinada luciérnaga que se niega a aceptar su destino natural, por lo que emprende una lúdica aventura en busca del conocimiento necesario para modificar las rígidas leyes de la naturaleza y así cumplir con su anhelo más preciado: volar igual que los machos de su especie.

Es la historia de la propuesta escénica Las luciérnagas no vuelan, dirigida al público infantil que con dramaturgia de Pedro Antonio García y Catalina Pereda y música de Jomi Delgado tiene una breve temporada de ocho funciones, en el Teatro Sergio Magaña, sábados y domingos, a las 13 horas.

Durante su viaje, la joven luciérnaga se encuentra con otros animalitos; unos divertidos, otros tiránicos y algunos asustadizos; cada uno de ellos le aporta una lección de vida a la pequeña luminosa.

De acuerdo con Catalina Pereda, en charla con La Jornada, el punto de partida del proyecto escénico surgió a partir de conocer que las luciérnagas hembra casi no vuelan, no vuelan tan alto como los machos.

Pensamos que en la historia ese fuera el conflicto del escarabajo luminiscente, cuyo sueño siempre ha sido volar, pero cuando se da cuenta que sólo los machos de la especie alcanzan alturas asombrosas en su vuelo, indignada sale del pantano donde vive para buscar la manera de aprender a volar.

De lo que se trata, explicó la creadora escénica, es de transmitir a los chicos la idea de que, por sobre nuestras circunstancias, lo que nos distingue es nuestra capacidad de pensar e imaginar que otro mundo sí es posible, con el apoyo del conocimiento necesario. La idea es imaginar otras maneras de accionar para cumplir tus anhelos.

A manera de ópera de cámara, el montaje Las luciérnagas no vuelan, “integra una serie de proyecciones tipo mapping, que simulan los brillos de las luciérnagas y un bosque, creadas por Lizo Zambrano, Daniel Primo y Karla Sánchez.

Las peripecias de Lucía la llevarán a enfrentarse a los peligros de la naturaleza y a conocer otros animales con sus propias virtudes y limitaciones. Se encontrará con una abeja reina, cuyas certezas son las leyes de la naturaleza y quien representa el orden social monárquico. Coincidirá también con una divertida y rockanrolera mosca, siempre comiendo popostre, y un prudente y sabio ajolote, quien la anima a leer y encontrar en los libros una solución para poder volar. Nada es imposible, le dice el anfibio.

Es una puesta en escena en la que se canta y habla mucho, comentó Catalina Pereda, quien junto con Lydia Rendón, Ulises de la Cruz y Alejandro Camacho integran el reparto de Las luciérnagas no vuelan, que se presenta de manera presencial y con la seguridad y disposiciones sanitarias en breve temporada en el Teatro Sergio Magaña, sábados y domingos, a las 13 horas.

La función de los domingos será transmitida en vivo y de forma gratuita por Facebook en la cuenta de Ópera Portátil. Concluye temporada el 13 de diciembre.