París. La paliza propinada por policías a Michel Zecler, un productor musical negro en la puerta de su estudio en París, que dejó consternado al presidente Emmanuel Macron, reabrió ayer en Francia un debate sobre el racismo y la violencia policial.

Las imágenes de cuatro policías golpeando al hombre –difundidas el jueves por el portal web Loopsider y que se hicieron virales en las redes sociales– provocaron una ola de indignación en Francia.

Zecler, que presentó una denuncia, señaló que los agentes lo llamaron varias veces negro de mierda mientras lo atacaban. Los efectivos fueron detenidos ayer para ser interrogados en la sede de la Inspección General de la Policía Nacional.

En la escena, que dura varios minutos y fue captada por cámaras de seguridad, se ve a los agentes propinando puñetazos, patadas y golpes con una porra a la víctima, a quien los policías llamaron la atención porque al parecer no llevaba mascarilla.

El presidente Macron declaró anoche que se trata de una agresión inaceptable e imágenes que nos avergüenzan, y pidió al gobierno que le haga propuestas rápidamente para luchar más eficazmente contra todas las discriminaciones.

Este nuevo caso de violencia policial protagonizó también varias portadas de los principales diarios franceses. Náuseas, titulaba en su portada el diario Libération, con una foto del rostro cubierto de sangre de Zecler, mientras el vespertino Le Monde publicó, también en portada, imágenes de los policías golpeando al productor.

Macron se entrevistó el jueves con el ministro del Interior, Gérald Darmanin, y le pidió que tome medidas contra los policías en cuestión, indicaron fuentes gubernamentales a la agencia de noticias internacionales Afp.

Después de este encuentro, el ministro anunció la suspensión de los agentes, al señalar que habían mancillado el uniforme de la República. La fiscalía de París abrió una investigación por violencia, falsificación de registros públicos y racismo, indicó a la Afp una fuente judicial.

Este caso revelado por imágenes difundidas en las redes sociales, se producen en pleno debate en Francia sobre un polémico proyecto de ley de seguridad que busca restringir el derecho a filmar a policías durante sus intervenciones.

Esta ley, que fue adoptada el martes por la Asamblea Nacional y debe ser examinada por el Senado, ha sido denunciada por los periodistas, que consideran que viola la libertad de prensa, y ha dado lugar a manifestaciones durante las dos semanas anteriores.

El artículo 24, el más polémico del texto, castiga con un año de cárcel o 45 mil euros (53 mil 600 dólares) de multa la difusión de la imagen de la cara o de cualquier otro elemento identificativo de los miembros de las fuerzas del orden en acción, cuando atenta contra su integridad física o sicológica.

En tanto, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la Organización de Naciones Unidas publicó una guía dirigida a la policía de todo el mundo, para combatir la lacra de los prejuicios raciales en el desempeño de su labor, con énfasis en los sesgos que la inteligencia artificial y los macrodatos pueden crear.

El organismo advirtió que el mayor uso por parte de las fuerzas del orden de los macrodatos, la inteligencia artificial, el reconocimiento facial y otras nuevas tecnologías corre el riesgo de profundizar en el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y, en consecuencia, la violación de muchos derechos humanos.