Claves en las redes alimentarias oceánicas
▲ Las ballenas más grandes del mundo, las barbadas gigantes (como las azules, las de aleta y las jorobadas), consumen tres veces más alimento en promedio anual de lo que se creía, pero también defecan más. Al recoger la comida y expulsar los excrementos, ayudan a mantener los nutrientes claves suspendidos cerca de la superficie, donde pueden alimentar las floraciones del fitoplancton que absorbe el carbono y que constituye la base de las redes alimentarias oceánicas. Sin esos mamíferos, esos nutrientes se hunden más fácilmente, lo que puede limitar la productividad en ciertas partes y, a su vez, la capacidad de los ecosistemas marinos para retener el dióxido de carbono que calienta el planeta, explican científicos en la revista Nature, según reporta Europa Press. En la imagen, un cetáceo azul en las costas de California.Foto Afp
Periódico La Jornada
Jueves 4 de noviembre de 2021, p. 2
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