Integrantes de colectivos que buscan a personas desaparecidas colocaron ayer estructuras de metal alrededor del ahuehuete en Paseo de la Reforma, en los que pusieron decenas de fotografías de sus familiares.

Recalcaron que regresarán cada semana y mantendrán la petición de convertir este lugar en un sitio para recordar los nombres y rostros de quienes no han sido localizados y que sea conocida como la glorieta de las y los desaparecidos. Subrayaron que en cada acto cuidarán del ahuehuete sembrado hace una semana.

No nos quieren dejar el lugar, pero vamos a seguir aquí, afirmó Socorro Gil, madre de Jonathan Romero Gil, detenido y desaparecido en la carretera a Acapulco por policías municipales en diciembre de 2018. Estamos aquí para visibilizar a nuestros desaparecidos y las autoridades entiendan que este lugar va a ser de nuestros desaparecidos porque no nos van a minimizar.

Para Ana Enamorado, quien tuvo que dejar su natal Honduras para buscar a Oscar, su hijo, desaparecido en México desde hace 12 años, colocar una fotografía junto al ahuehuete es una forma de recordarlo, y al mismo tiempo de insistir en denunciar su caso y el de todos los migrantes sobre los que se perdió el rastro en su tránsito por territorio mexicano.

A un costado, Marité Kinijara contó el momento en que desapareció su hermano, Fernando, en 2015 en Guaymas, Sonora. Hay videos del momento en que fue raptado por el líder de un grupo delictivo, lo que llevó a su detención, pero no ha revelado el paradero de su hermano.

En cambio, recibió amenazas que la obligaron a dejar su ciudad, además de contar con fotografías que mostrarían el asesinato de Fernando. Agregó que estas acciones refuerzan el apoyo entre colectivos para continuar su búsqueda.

Félix Ramírez busca a su hijo y a su cuñado, que desaparecieron en septiembre de 2020 en Santa Fe. Aunque tienen identificado a los propietarios de un bar en que los jóvenes fueron vistos por última vez, nadie quiere hablar y no dicen nada, pero vamos a echarle hasta donde podamos para saber algo de ellos.

Mientras ayudaba a colocar una de las estructuras, Ana María Maldonado, madre de Carlos Palomares, desaparecido en 2010 en la capital del país, relató que es hasta la actual administración cuando ha podido corroborar que hay acciones de búsqueda de su hijo. Aunque aún no han arrojado resultados, no pierde la esperanza de encontrarlo.

Las distintas agrupaciones preparan nuevas brigadas de búsqueda para octubre en zonas como el Ajusco, donde ya han sido localizadas personas sin vida.