Martes 28 de junio de 2022, p. 4
El pintor Sam Gilliam (Tupelo, Misisipi, 1933), uno de los artistas más relevantes e influyentes de Estados Unidos, quien ayudó a redefinir la pintura abstracta, falleció el pasado sábado a los 88 años de una enfermedad renal, informó la galería Pace, instancia neoyorquina que lo representaba desde 2019. También fue punta de lanza para distintas generaciones de creadores.
A lo largo de siete décadas de carrera, Gilliam reinventó y remodeló la pintura abstracta y la escultura, al incorporar nuevas formas, texturas y materiales para forjar composiciones inventivas.
Gilliam fue uno de los titanes del modernismo. Fue gran amigo y artista; supo transmitir los tormentos y triunfos compartidos de la vida mediante el lenguaje universal de la abstracción. Sam fue muy aclamado en los años 60 y 70 del siglo pasado por su revolucionaria obra que liberaba al lienzo de su soporte
, señaló el galerista y comerciante de arte Arne Glimcher.
La producción de la obra de Sam nunca decayó, añadió Glimcher. Pintó hasta el final de su vida y sus obras más recientes están entre las mejores. Estoy orgulloso de que sus últimos cuadros hayan recibido reconocimiento y me complace saber que Pace, junto con la galería David Kordansky, llevan su radiante obra a un público mayor del que nunca había conocido
.
De adolescente, Gilliam quería ser caricaturista y pasaba mucho tiempo dibujando. En 1955, se graduó de la Universidad de Louiseville en bellas artes. Fue influenciado por los expresionistas alemanes, en especial Emil Nolde y Paul Klee, así como los estadunidenses Nathn Oliveira, Morris Louis y Kenneth Noland. Dijo haber encontrado muchas pistas para desarrollar su trabajo en personajes como Tatlin, Frank Stella, Hans Hoffmann, Georges Braque, Picasso y Paul Cézanne.
En 1963, Thomas Downing, artista identificado con la Escuela de Color de Washington, lo introdujo a esa nueva línea de pensamiento. En 1965, fue el primer pintor en introducir la idea del lienzo sin soporte; se inspiró en la ropa recién lavada y colgada afuera de su estudio de Washington. Sus pinturas drapeadas fueron suspendidas desde techos o sobre paredes o pisos, con la idea de representar una tercera dimensión.
En 1975, influenciado por jazzistas como Miles Davis y John Coltrane, el artista empezó a producir collages geométricos, que llamó pinturas negras, ya que eran realizadas en ese tono. En los años 80 su estilo cambió al incursionar en pinturas con reminiscencias de las colchas de parches de su niñez. Además, fue el primer artista afroamericano en representar a Estados Unidos en la Bienal de Venecia (1972).