Solitos se exhiben
os dueños del futbol mexicano solitos se exhiben. Así lo evidenció Jesús Martínez Patiño, quien se ufanó de utilizar dinero de los leoneses para comprar el estadio de los Panzas Verdes, ¿para qué gasta el suyo, si ya conoce el camino fácil y seguro? Sus fondos son para gestas mayores, como la manutención del Oviedo de España, al Everton de Chile, y hace años le prestó a Andrés Fassi para hacerse del argentino Talleres de Córdova; ahora, de nuevo le transfiere para que invierta junto con Alejandra de la Vega (Bravos de Juárez) en otro equipo.
Haber quitado el descenso-ascenso no ha sido, como tanto se pregonó, para darle empuje –con dinero y trabajo– a la Liga Mx y a la de Expansión, circuitos a los que han dejado caminar con su propia inercia. En cambio, con la certeza de que sus franquicias y equipos no se devaluarán (así hagan sólo siete puntos en un torneo, como Mazatlán, o lleguen a cuartos de final siendo el décimo tercero, caso Santos), los clubes liderados por dueños avispados y ventajistas (visionarios, se autodefinen), aprovecharon para expandirse hacia otras latitudes. Es el caso, también, del Sporting de Gijón (Grupo Orlegi).
Martínez Patiño no tuvo empacho en revelar, sin mencionar al gobernador Diego Sinhué Rodríguez, que recibió dinero (unos 250 millones de pesos) para comprarle a Roberto Zermeño el estadio de León. Los Gallos Blancos (Grupo Caliente) igual perciben unos 60 millones de pesos anuales del erario para que la directiva queretana dizque imparta clases de futbol en escuelitas… ellos son la punta del iceberg. ¿Y dónde quedó lo decretado por Decio de María en 2018, cuando reglamentó que los equipos tenían prohibido recibir recursos públicos?... Fue sólo una ocurrencia, un mal chiste.
Queriendo venderse como abierto, sincero (no soy rencoroso
) y muy franco, mucho dijo el mandamás de Grupo Pachuca en estelar programa de Espn, sobre todo cuando habló de lo que han lucrado con la multipropiedad, admitió que Grupo Orlegi, Caliente y Pachuca llevan ventaja pasando jugadores de un club a otro, al más necesitado, al favorito; también en lo económico... La imaginación vuela, quizás el aficionado visualice una serie de reyezuelos cediendo pomposamente ducados a sus vástagos porque lo merecen, sí o sí, porque dan pan y circo, fomentan turismo, empleo y un largo etcétera.
Lo claro es que la visión y meta de los equipos del máximo circuito hacia la junta de dueños del día 22, no ha variado un ápice, sigue siendo sólo uno: su propio beneficio económico, alcanzar el sueño americano y la lluvia de dólares ya pronto, en 2026. Y si se puede antes ¡qué mejor!… La indignación y enojo que inundó a la afición por el ridículo hecho en Qatar es fuego apagado... Era cosa de darle tiempo al tiempo e ignorar la petición de una junta extraordinaria, urgente en pos de medidas drásticas.
Como los equinos con anteojeras, los dueños mantienen su paso sin desvíos. Ningún club mexicano, a partir de Doha se puso a trabajar ipso facto con las fuerzas básicas, nadie inició una cruzada por todo el país en busca de talentos para pulir a todo vapor rumbo al próximo Mundial, nada de eso; siempre se van por la fácil, estiran el cuello a más no poder (como en los exámenes escolares) para copiar las notas de los aplicados: la Liga española y la Premier. Ya está hecho, todo eso ya está hecho
, clama Martínez Patiño.
Mientras el público se emociona y grita con la absurda repesca, donde Míster no descenso, Alejandro Irarragorri, tuvo un sábado glorioso con Atlas y Santos echando a los favoritos, y ahora inunda el ambiente de jocoso morbo y expectativa ante la posible quema del superlíder Monterrey a manos de los crecidos albiverdes, mientras todo eso pasa, los propietarios se disponen a pactar bajo cuatro paredes soslayando sus diferencias, olvidando golpes bajos y puñaladas traperas en aras del bien común. Claro, el de ellos.
La Liga femenil está al rojo vivo entre los equipos de siempre: Monterrey, Chivas, Tuzas con su dupla goleadora, Tigrillas, América y Atlas en primer plano… Festejos en el Nápoles de Hirving Chucky Lozano por la conquista del Scudetto, Santiago Giménez refulge en la Eredivisie y Chuy Corona cierra una etapa con La Máquina… Nada les funciona. El cáncer de la violencia no cede, ahora la gresca fue en el juego Zacatecas-Tampico Madero, de la Tercera División, pomposamente llamada Premier.