Quito. El presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, entregó ayer a la policía 14 millones de municiones para armas cortas y largas en lo que llamó una lucha sin tregua contra el crimen organizado, en una semana en que la violencia se recrudeció en las cárceles y el norte del país con varios ataques incendiarios, el asesinato de un alcalde, la retención temporal de 100 guardias penitenciarios y la muerte de 31 presos.

Lasso aseguró que está aplicando mano firme para imponer la presencia del Estado en las calles y centros penitenciarios y prometió devolver la seguridad a los ciudadanos y defender la democracia. En ocasiones anteriores ha dicho que actuará con firmeza contra la delincuencia, sin que los índices de violencia y asesinatos en el país hayan dejado de aumentar durante sus más de dos años de gestión, criticada por los niveles de inseguridad.

Lasso ha sido señalado por la lentitud en el equipamiento a la fuerza pública. Aún están pendientes chalecos antibalas, cascos y vehículos.

El comandante de la policía, Fausto Salinas, destacó que enfrentar al crimen organizado pasa por luchar contra el narcotráfico. Recordó que se han decomisado 117 toneladas de drogas, pero admitió que han muerto en servicio 48 policías. Para cubrir la falta de equipo policial, Lasso y la Corte de Justicia acordaron este mes autorizar que los uniformados usen 33 mil armas incautadas al crimen.

Hace un mes, Lasso también entregó 4 millones de municiones, de los 24 millones ofrecidos, y no han llegado los 60 mil chalecos antibalas, municiones y armamento que prometió en octubre de 2022.