e algo sirve a la humanidad tener una institución multinacional cuyas resoluciones son vinculantes (como las del Consejo de Seguridad) para los países que la integran, y se compromete a la igualdad soberana de los estados y la prohibición del uso de la fuerza en las relaciones internacionales? De absolutamente nada, como en el caso de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que hace como que hace, pero al final de cuentas no hace nada.

Ejemplos sobran, pero el más reciente es ignominioso: sólo por el veto de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la ONU (el segundo desde el inicio del genocidio en la franja de Gaza), no se adoptó (8 de diciembre pasado) la resolución aprobada por abrumadora mayoría (13 votos a favor, una abstención y el veto de la Casa Blanca) que exigía un alto el fuego humanitario inmediato, con el fin de evitar una catástrofe aún mayor tras los más de 17 mil civiles que han muerto bajo las bombas de Israel en la franja (hoy sobrepasan 18 mil 600, y contando), en su mayoría mujeres y niños. El representante de la Casa Blanca pretextó que tal resolución es desequilibrada y divorciada de la realidad.

Eso fue una semana atrás, pero, con lentitud, la Asamblea General decidió el pasado martes retomar el asunto y, como lo informan Jim Cason y David Brooks (corresponsales de La Jornada en Estados Unidos), más de tres cuartas partes de la Asamblea General (153 países) votaron a favor de una resolución por un alto el fuego humanitario inmediato; Estados Unidos, Israel y otros ocho países (Paraguay y Guatemala entre ellos) votaron en contra, y 23 abstenciones (entre otros Gran Bretaña, Alemania y Argentina en su primer voto sobre el tema del nuevo gobierno de Milei). Fue casi la misma resolución anulada por el veto de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad hace unos días.

La Asamblea General de la ONU “votó de manera abrumadora a favor de un alto el fuego en Gaza y aunque Washington se opuso a la resolución, el presidente Joe Biden reconoció por primera vez públicamente que Israel está perdiendo el apoyo internacional y que tiene que cambiar su política sobre un Estado palestino para crear las condiciones de una paz duradera a largo plazo… El clamor universal se ha intensificado desde la última vez que la Asamblea General aprobó con 121 votos a favor una resolución por una tregua humanitaria el 27 de octubre, después de que cuatro intentos para impulsar tal resolución en el Consejo de Seguridad fracasaron en gran parte por la oposición de Washington” (ídem).

Mientras la Casa Blanca permite y alienta –por su política de veto y la entrega de armamento– a Israel para que masacre a los palestinos, la Asamblea General hace como que hace –se esfuerza, sí–, para finalmente no hacer nada y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se limita a los discursos. En el ínterin, todos los días son asesinados miles de civiles –niños en primer lugar–, en tanto el fascista primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dice que nada nos detendrá y anuncia que llevará la guerra hasta el final, hasta la destrucción (léase asesinar a todos los palestinos y anexionar su territorio), porque la presión internacional le tiene sin cuidado.

Ante tal salvajada, ¿cómo procederá la Asamblea General y la misma ONU que, de acuerdo con su carta fundacional, y debido a su singular carácter internacional, adopta decisiones sobre la amplia variedad de problemas que enfrenta la humanidad, en el entendido de que el organismo es considerado un tratado internacional y un instrumento de derecho que le otorga estos poderes? Nada, porque se doblan ante el veto de Estados Unidos, sin tomar cartas en el asunto y modificar el estatuto para impedir que ello suceda. Hasta ahora, la comunidad de naciones sólo dice, pero nadie detiene el genocidio en Palestina. Ignominioso.

Las rebanadas del pastel

En el desaseado asunto de Notimex se decidió otorgar el Premio a la Calculadora Pasmada a quien en Gobernación hizo sumas y restas para liquidar a sus ex trabajadores. Va de nuevo: 253 millones (más 13 de canasta) para los huelguistas (34 trabajadores, más 50 cachirules) y 15 millones para 63 funcionarios de todos los niveles (incluido personal con 30 años de antigüedad), monto que ni lejanamente cumple con Ley Federal del Trabajo. Y será así porque lo ordenó Luisa María Alcalde. Por cierto, quien lleva los casos por la parte sindical es el papá de la secretaria y se estima que a los trabajadores liquidados les cobrará 20-30 por ciento del monto a recibir. Echen cuentas.

Twitter: @cafevega

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