l hombre que puede invertir con la cantidad que se necesite, podría también comprar casi cualquier cosa. Colaborar con los proyectos humanitarios no le vendría mal. Los compromisos universales por el mejoramiento ambiental es asunto de cada persona en la Tierra.
Todavía no hemos llegado a la etapa donde se reconozca que las grandes fortunas amasadas a través de empresas son en 90 por ciento gracias al personal operativo, al administrativo y a quienes consumen el producto final. Es decir, compartir la riqueza.
Otra etapa a la que no hemos llegado es a la de veto absoluto a la creación de guerras, en cualquier forma que se echen a andar. El ser humano será la prioridad porque en eso creemos. Lo que no sabemos es si el pretoriano Elon Musk piense de esta forma.
Por lo pronto, el millonario del mundo invierte en el país con su empresa Tesla. Se reforzará el transporte individual, lo que muchos criticarán. Los parques vehiculares tienen su tiempo de vigencia.
El renacimiento del transporte por trenes supondría uno de los sistemas que sustituirían al automóvil de combustión interna, incluso a los eléctricos, por todas las limitaciones que tienen según los expertos en la materia.
Insistimos en que estamos en una transición energética en el mundo. Pero no se ha entendido del todo bien que la transición no es sustituir o desaparecer de inmediato las alternativas actuales. Todas nos hacen falta, son indispensables. No en todos los países se tienen los mismos medios de transporte.
Por ejemplo, al contar con el litio, mineral principal para retener más la carga sobre las baterías en los autos eléctricos, hablamos de que países de América del Sur, como en el caso de Bolivia, con un yacimiento de los más grandes del mundo, contribuirá con 21 millones de toneladas para que la industria automotriz y otros sean parte de una transición energética segura.
Y aunque el dato lo proporciona el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), Bolivia puede industrializar, como lo está haciendo ahora, independientemente de los intereses de Washington.
No obstante las cantidades de litio que puedan extraerse del yacimiento de Bolivia, la comercialización deberá demostrar su viabilidad.
Los intereses monetarios, tanto de Elon Musk como de los gobiernos de países con reservas probadas y posibles, no sólo de litio, sino de otros químicos que son de gran utilidad para proveernos de energía para todas las áreas industriales, deben consolidar una unidad del área científica y empresarial, estatales y privadas; aunque parezca una idea inalcanzable, es importante que se considere como una meta para garantizar una mejor calidad de vida.
La empresa Tesla produce miles de autos y millones de baterías, así como de celdas de iones de litio, por año, porque sabemos que la producción a escala de teravatios (1012 vatios) y el almacenamiento de energía cada vez más accesible es la base más segura –sin omitir la importancia de otros elementos– para un futuro más sustentable.
De eso se trata: utilizar el poder económico para beneficio universal. Las ambiciones individuales deberán quedar cada vez más alejadas del interés colectivo. Sin ideologías que estorben para la subsistencia de la humanidad, podemos adoptar cualquier transición en el futuro.
Si hacemos cuentas de los gastos militares de aquellos países que basan su economía en la industria bélica, que invierten en producir golpes de Estado, de provocar bloqueos más políticos que económicos, de invadir países, para luego gastar innecesariamente en la repatriación de sus ejércitos, las cantidades de dinero mal invertido en todo ello podrían haber apoyado a los programas para disminuir la pobreza y el hambre en el mundo, así como crear programas para el cuidado del agua y para encontrar soluciones, por la vía científica, para disminuir la contaminación por dióxido de Carbono (CO2).
Por lo pronto, la Semarnat, en Nuevo León, notificó el 11 de diciembre pasado que ha sido autorizada la instalación de la empresa automotriz Tesla, con los permisos legales para operar en Santa Catarina, Nuevo León.
Recordemos: estos son pasos de la transición energética sin perder nuestra soberanía. Esperemos que el dinero sea bien aprovechado.