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Museo Tenement registra la memoria de los inmigrantes que formaron NY

Recién se incluyó la historia de una familia afroestadunidense, para que la narrativa sea más honesta

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▲ El museo exhibe una réplica de la casa donde vivían Joseph y Rachel Moore durante la guerra civil, en Nueva York.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Domingo 24 de diciembre de 2023, p. 3

Nueva York. Desde los irlandeses que huyeron de la gran hambruna del siglo XIX en su país hasta los sobrevivientes del Holocausto, el Museo Tenement conserva la memoria de los inmigrantes que dieron forma a la ciudad de Nueva York.

Ahora también contará la vida de una familia afroestadunidense para que la historia sea más honesta.

Es un departamento estrecho de dos ambientes, con pisos rústicos y muebles de madera, impecablemente ordenado, por donde ingresan los visitantes. La ropa está tendida en la cocina, dos camas ocupan la otra habitación. Sobre la repisa de la chimenea, un retrato de Abraham Lincoln, decimosexto presidente de Estados Unidos y artífice de la abolición de la esclavitud en 1865.

Bienvenidos a la reconstrucción del espacio de Joseph y Rachel Moore, pareja negra que se alojó aquí, sin agua corriente, junto con otros tres residentes: Jane, cuñada del primer matrimonio de Rachel, Rose, una inmigrante irlandesa, y su hijo mestizo Louis, de 14 años, contó Kathryn Lloyd, quien dirige una visita piloto, antes del lanzamiento oficial de la muestra después de Navidad.

Joseph trabajaba de camarero o cochero, según la temporada, Raquel era sirvienta de familias adineradas.

Llegaron a Nueva York bastante jóvenes y vivieron en Manhattan durante una de las décadas más tumultuosas de la historia del país, durante la Guerra Civil (1861-1865) (...) y mientras los estadunidenses negros conseguían derechos por primera vez, destacó Lloyd, vicepresidenta de programas del museo.

Su historia enriquece la oferta del Museo Tenement, donde 200 mil visitantes al año se sumergen en algunos de los destinos de millones de inmigrantes que se asentaron en Nueva York en los siglos XIX y XX, misión que resuena mientras la megaciudad lucha por acomodar urgentemente a más de 100 mil nuevos inmigrantes que llegaron el año pasado desde América Latina.

El museo tiene una particularidad: todos, desde los Schneider, propietarios alemanes de una cervecería entre 1860 y 1880, hasta los Baldizzi, inmigrantes italianos que vivieron la Gran Depresión de los años 1930, vivieron realmente en el 97 o 103 de Orchard Street, los dos edificios de ladrillo ubicados en el barrio Lower East Side, donde se han recreado sus apartamentos.

Todos, menos Joseph y Rachel Moore, quienes vivían en un edificio similar en el distrito de SoHo, a 20 minutos a pie, donde se estableció la comunidad afroestradunidense, con sus parroquias y periódicos.

En los registros de la ciudad, Joseph Moore aparece con la mención “col’d”, lo que refiere a de color, justo al lado de otro Joseph Moore, también camarero pero irlandés, cuya historia de llegada para escapar de una gran hambruna es otra de las incluidas en la muestra Vivienda.

Cuando se anunció el proyecto, el Tenement fue acusado de rescribir la historia en un artículo del periódico conservador New York Post, porque los Moore de raza negra, nacidos en Estados Unidos, no habían vivido en la calle Orchard Street.

Pero después de la visita, Vanessa Willoughby, de 28 años, residente de Harlem que trabaja en finanzas, declaró estar encantada de que una familia negra fuera incluida en la descripción de las clases trabajadoras de Nueva York de finales del siglo XIX. El museo también organiza visitas guiadas por el barrio, incluida una sobre espacios de los afroestadunidenses.

Para Lloyd, contar la historia de los Moore es crucial para comprender qué impulsó a las familias a mudarse dentro de Estados Unidos y comprender mejor la identidad estadounidense.

Rachel Moore, la primera generación de su familia que nació libre y no esclava como sus antepasados, llegó a Nueva York en 1847 desde un rincón rural de la región; Joseph llegó diez años después desde el vecino estado de Nueva Jersey, donde la esclavitud todavía no había sido abolida, a diferencia de Nueva York. El riesgo de ser capturado para la venta puede haber influido en su decisión, supone el museo.

Pero en julio de 1863 estallaron las revueltas del reclutamiento, contra el alistamiento en el ejército durante la guerra civil que se convirtieron en pogromos racistas contra los estadunidenses en Nueva York. La violencia dejó al menos 120 muertos y obligó a 20 por ciento de los afroestadunidenses a abandonar la ciudad.

El museo perdió la pista de Rachel a partir de 1870 y encontró a Joseph en Nueva Jersey, donde volvió a vivir años después. Su apartamento se describe en un artículo de prensa de la época, junto con el retrato de Abraham Lincoln.