El hockey femenil sobre hielo es un deporte que a escala mundial pocas son las jugadoras que pueden vivir de esta práctica. Si en México estamos en pañales, el hockey internacional es una niña de cinco años, confesó en entrevista Mónica Rentería, portera y capitana de la selección tricolor.

Al igual que sucede en territorio nacional, la gran mayoría de las deportistas que se encuentran en otras latitudes tienen que buscar una segunda fuente de ingresos.

Tal vez otros países sí pueden tener una mejor inversión hacia sus atletas, pero no es tan diferente a lo que nosotras hacemos. También deben trabajar, hacer otras cosas por fuera para vivir, y estoy hablando de deportistas que se desempeñan en ligas como la de Canadá, Estados Unidos, que son potencias. Son contadas las mujeres que pueden subsistir del hockey, compartió la capitalina.

“Es una disciplina nueva, muy joven. Lo mismo está pasando con el futbol femenil, no te vas a convertir en chef en el primer día de trabajo. Es exactamente lo mismo en el deporte, tenemos que ir creciendo”, puntualizó la también egresada en la carrera de gastronomía.

En cuanto a los sueldos, las ligas femeniles profesionales aún están lejos de las competencias varo-niles. El camino es largo, señala Rentería, aunque van en la dirección adecuada para volver remunerable esta profesión.

Estamos en un proceso de desarrollo para que se tengan salarios competitivos. Jugadores en paí-ses potencia están teniendo un mejor ingreso. Sí se va a poder llegar ahí, mencionó la medallista de bronce en el Campeonato Mundial 2023 (División II A), que se celebró en la Ciudad de México.

El país cuenta con una competencia semiprofesional: la Liga Élite, la cual concentra únicamente tres equipos en la capital mexicana y recluta a chicas mayores de 15 años que provienen de todas las entidades de la República.

En el caso de Mónica, su sustento proviene de otras actividades, como la venta de postres o la impartición de clases para niños y jóvenes que desean aprender la posición en la que se desempeña. Estos recursos, en similitud a lo que hacen sus compañeras de selección, los utiliza para practicar. A pesar de que tenemos liga, hay que pagar para poder pisar el hielo y comprar uniformes. Como atleta uno busca hasta lo impensado para costearse lo que uno tanto ama.

En ese sentido, admitió que el arte de deslizarse en patines es elitista. Cuesta dinero entrenar, porque el uso del hielo es caro, así como el equipamiento.

Sin embargo, la donación de patines usados, uniformes, cascos, ha permitido que la gente nueva pueda seguir entrenando.

Pese a las adversidades que conlleva costear un deporte tan caro, la selección femenil se ubica en el lugar 24 de la clasificación mundial y en la categoría 2A, a sólo dos grupos del pelotón en el que se localizan las 10 mejores del orbe, con posibilidades de conseguir un histórico pase a los Juegos de Invierno en Milán-Cortina d’ Ampezzo 2026. El equipo nacional 3x3, además, tendrá presencia en los Olímpi-cos de la Juventud a disputarse en Gangwon, Corea del Sur, a partir del 19 de enero.