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Crisis migratoria
México, crucial para que bomba por indocumentados no estalle a Biden

Opositores resaltan la emergencia para ganar puntos en la contienda electoral

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▲ El presidente de la cámara baja, el republicano Mike Johnson, encabezó una delegación de 60 legisladores que visitó Eagle Pass, Texas, para reiterar las demandas de su partido por medidas antimigrantes más extremas.Foto Ap
Corresponsales
Periódico La Jornada
Jueves 4 de enero de 2024, p. 4

Washington y Nueva York. La administración de Joe Biden espera que el gobierno de México le ayude urgentemente a reducir el flujo migratorio indocumentado en la frontera suroeste de Estados Unidos y así desactivar una potencial bomba política armada por republicanos que –a través de declaraciones y oportunidades de foto en la frontera– será su arma favorita contra los demócratas en la contienda electoral nacional de este año.

La presión política sobre el gobierno de Biden se intensificó este miércoles, pues el presidente de la cámara baja, el republicano Mike Johnson, encabezó una delegación de 60 legisladores que visitó Eagle Pass, Texas, para reiterar las demandas de su partido por medidas antimigrantes más extremas incluyendo cierres de parte de la frontera, limitar aún más las solicitudes de asilo e incrementar las deportaciones masivas ante lo que llaman el fracaso demócrata de controlar el flujo migratorio.

Las cifras sin precedente de migrantes sin documentos llegando a la frontera, según datos preliminares del gobierno estadunidense, indican que la Patrulla Fronteriza se encontró con 302 mil personas durante diciembre, el nivel más alto jamás registrado. Cuando Biden llegó a la presidencia, la cifra comparable era de unos 80 mil por mes. En algunos días de diciembre, más de 10 mil inmigrantes llegaban a la frontera cada 24 horas, abrumando al personal estadunidense a tal punto que obligó a que se cerraran algunos puntos de ingreso oficiales.

Show de imágenes caóticas

Casi a diario se trasmiten por todos los medios las imágenes de migrantes llegando a la frontera, algo que ha sido explotado para fines propagandísticos por republicanos.

Eso ha colocado la disputa sobre migración y cómo manejarla en el centro del debate político. Los republicanos acusan que este flujo es resultado de las políticas fracasadas del gobierno de Biden y exigen un retorno a las medidas extremas aplicadas durante el gobierno de Donald Trump, incluyendo el famoso permanece en México para solicitantes de asilo y hasta clausurar la frontera.

Los demócratas acusan que los republicanos han logrado obstaculizar los cambios a largo plazo que se requieren en un sistema de migración descompuesto, recuerdan que uno de los primeros actos de Biden fue presentar una reforma migratoria integral, y que se deben abordar las raíces de la migración en los países de origen.

Por ahora, según sugieren las encuestas, los republicanos están ganando el debate y hay poca confianza en la capacidad del presidente en manejar la crisis migratoria.

Adam Isacson, director de supervisión de asuntos de defensa en la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, explicó en entrevista con La Jornada que si eres alguien calculando políticamente las cosas en la Casa Blanca, estás pensando: ¿qué puede hacer México para, sin solucionar el problema, poner a los migrantes en una condición de espera y desequilibrar un poco a los traficantes de personas? Indicó que si puedes reducir las cosas, si puedes bajar los números debajo de 150 mil mensuales en los próximos meses, eso los libera de presión de cara a la contienda electoral.

John Kirby, vocero del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, comentó recientemente a reporteros que asegurar la ayuda de México en abordar las preocupaciones sobre migración fue en gran medida la razón por la cual Biden envió a su secretario de Estado, Tony Blinken, y al secretario de Seguridad Interna, Alejandro Mayorkas, a reunirse con el presidente Andrés Manuel López Obrador a finales de diciembre.

Ninguno de los dos países han anunciado aún si lograron acuerdos concretos, pero antes de la visita Kirby dejó claro que las metas de esa reunión fueron en seguimiento de lo que ambos mandatarios abordaron en una conversación previa ese mismo mes. “Hablaron en términos generales sobre lo que se podía hacer en México para ir frenando ese flujo… cosas que se pueden hacer como retenes en vías de tren y en carreteras… presencia de las fuerzas armadas mexicanas en el sur también podría ser importante para eso”, agregó.

Argel G. Ruiz Soto, analista senior de políticas en el Instituto de Política Migratoria en Washington, respondiendo a preguntas sobre lo que se puede hacer para reducir el flujo a través de la frontera, indicó a La Jornada que conceptualmente, las acciones más probables que México puede impulsar para reducir los flujos de migrantes irregulares se basan en mayor aplicación de controles migratorios, pero implementarlos requiere inversión significativa en recursos y capacidad de infraestructura de las agencias migratorias mexicanas. Recordó que el INM de México anunció que ya había agotado su presupuesto anual en noviembre.

Toda ayuda que puede ofrecer México ahora mismo es particularmente importante para el gobierno de Biden ya que legisladores republicanos han condicionado la aprobación de un proyecto de ley de financiamiento solicitado por la Casa Blanca para más armas a Ucrania e Israel a mayores restricciones sobre el asilo, más deportaciones y cierres fronterizos ante incrementos en el flujo migratorio. Para la Casa Blanca, México podría ser parte de la solución para estas negociaciones con los republicanos.

Sin embargo, México también será impactado por algunas de las acciones que se analizan en Estados Unidos. Por ejemplo, si Washington cierra el paso en parte de la frontera, eso implicaría que, en efecto, migrantes serían expulsados al lado mexicano.

Si Estados Unidos endurece los requisitos para los solicitantes de asilo, eso implicaría que habrá cada vez más personas expulsadas a México o que tendrán que ser transportadas de regreso a sus países de origen. Muchos republicanos y hasta algunos demócratas, en privado, quisieran restaurar el programa conocido como permanece en México que obliga a migrantes que solicitan asilo a esperar fuera de Estados Unidos mientras las autoridades evalúan sus casos.

Si estos solicitantes son obligados a permanecer en México y no en Estados Unidos, argumentan, eso reduciría el incentivo de llegar a la frontera estadunidense para muchos. Pero defensores de migrantes argumentan que limitar a quienes pueden solicitar asilo y obligarlos a esperar en México viola las leyes estadunidenses e internacionales, y muchos han criticado al gobierno de Biden por contemplar medidas que antes fueron empleadas por Trump. Pero tal como señala la revista Politico esta semana, los halcones de migración han ganado el debate sobre la crisis migratoria, con cada lado ahora compitiendo sobre quién tiene las medidas más robustas y efectivas a la seguridad.

Para la Casa Blanca y sus aliados en esta disputa interna la pregunta es ¿qué hará México?