Domingo 21 de enero de 2024, p. 19
Con miras al cambio político que viene en México, desde la perspectiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) es muy importante
reforzar las políticas de desarrollo productivo, tanto en el medio rural como en el urbano; controlar la fuga de recursos que se cuelan en los gastos tributarios (los subsidios) y hacer más eficiente la redistribución de los ingresos, consideró en entrevista Ramón Padilla, jefe de la Unidad de Desarrollo Económico de la sede subregional de la agencia en México.
Al tiempo que se hace el análisis para un ejercicio más eficiente de redistribución de los ingresos, se requiere que en el marco de la relocalización de cadenas de suministro a nivel global, “las políticas de atracción, de apoyo al nearshoring, a la manufactura, lleven aparejadas políticas que busquen el desarrollo productivo de lo rural (...), no dejar de lado otros territorios que tienen un gran potencial de contribuir al desarrollo”, expuso el economista.
Padilla enfatizó que durante las últimas dos décadas el crecimiento en México, como en América Latina, ha sido también bastante bajo en general
; en parte porque bajo ha sido el avance de la productividad. A la vez, los ingresos que se obtienen vía recaudación son reducidos para atender la gran cantidad de necesidades sociales y económicas que hay
. Ante esta brecha, se requiere hacer un análisis para, en su caso, reducir los subsidios y demás renuncias recaudatorias que no abonan a la columna de desarrollo.
No se trata de demonizar todos los gastos tributarios
, anticipó el economista. Tienen una razón de ser; son un incentivo para que las empresas se instalen, para que operen, para que haya capacitación e inversión; pero hay un espacio, sin duda, para evaluar cuáles son los gastos que realmente están aportando una estrategia de desarrollo
, sopesó.
Además de reducir esos subsidios que no cuentan con evidencia de servir al desarrollo, se requiere contar con mejores categorías para que el Estado focalice el gasto de manera más progresiva, destacó Padilla. Explicó que el índice de Gini –que mide el nivel de desigualdad en una economía–, no es muy distinto entre América Latina y países con como Alemania, Francia, Dinamarca, Finlandia, antes de la intervención pública.
Intervención estatal
El tema es que después de que interviene el Estado en Francia o Alemania (el nivel de desigualdad) baja 20 puntos porcentuales; si está en alrededor de 0.45 o 0.5, baja hasta 0.3; porque son estados que recaudan mucho y lo distribuyen entre la población de manera que las desigualdades se reducen. En cambio, en América Latina y el Caribe, después de la intervención del Estado el índice de Gini baja mínimamente
, agregó.
Padilla viene de coordinar un esfuerzo de más de cuatro años por redefinir lo rural y lo urbano con el objetivo de que la clasificación no sea dicotómica e implique camisas de fuerza para la aplicación de recursos en entornos semirrurales y semiurbanos.
Con ese antecedente, destacó que se requiere una política de desarrollo productivo para el medio rural, sin menoscabo del impulso a industrias más atractivas para la inversión extranjera directa, de generación de exportaciones, que fueron priorizadas en pasadas administraciones.