Madrid. Vinicius Junior fue el centro de atención en el partido amistoso con el que se buscó generar conciencia sobre la batalla contra el racismo, tras una serie de episodios en que la afición ha insultado al delantero del Real Madrid. Con el empate 3-3 entre Brasil y España, los reflectores se focalizaron en el brasileño, quien un día antes rompió en llanto al hablar de los constantes actos discriminatorios que ha sufrido en territorio español.

Antes del silbatazo inicial, los jugadores brasileños ingresaron al campo vistiendo chaquetas negras de cara al encuentro, con el mensaje Una sola piel, una identidad, en apoyo a la lucha de Vini.

Después de una actuación discreta, Vinicius recibió aplausos en el Santiago Bernabéu, su casa, cuando fue remplazado a los 71 minutos. El brasileño de 23 años fue capitán.

El encuentro fue pactado por dirigentes de ambas selecciones en medio del escándalo que ha perseguido a Vinicius desde hace 10 meses, durante un partido de la liga española disputado en Valencia, precedido por aquel muñeco colgado en un puente de Madrid con el nombre de delantero.

Muchos pensaron que aquellos hechos marcarían un parteaguas en el combate contra el racismo en el futbol español. Sin embargo, otra ola de abusos ocurrió hace apenas unos días, incluido uno en que algunos seguidores del Atlético de Madrid corearon Vinicius chimpancé antes de un partido y otro en que algunos aficionados del Barcelona habrían gritado Muere, Vinicius.

El extremo aseguró que le cuesta mantener la motivación y disfrutar jugando al futbol debido a los recurrentes insultos racistas de los que es objeto. Cada vez me siento más triste y tengo menos voluntad de jugar. Nadie me está apoyando, expresó el lunes. Minutos después, en la misma conferencia antes del partido de ayer, se mostró tajan-te respecto a su futuro. Nunca he pensado en irme de España, hacerlo implicaría dar a los racistas lo que ellos quieren.

s Desde hace 10 meses, el delantero del Real Madrid, de 23 años, libra una lucha desatada por los constantes insultos racistas que ha recibido en varios partidos. Además, un muñeco con su nombre fue colgado en un puente de Madrid. Foto ApFoto Ap

Así como el caso de Vini, el balompié ha registrado muchos más incidentes en los últimos años, como el día en que un individuo lanzó un plátano al lugar del campo donde se encontraba el brasileño Dani Alves, en ese entonces futbolista del Barcelona. O las diversas ocasiones en que Mario Balotelli denunció cánticos discriminatorios, los cuales denunció desde su etapa en el Mi-lán en 2014 y que continuaron hasta el 2020, época en la que militaba en el Brescia de la Serie A.

De esta manera, el racismo sigue permeando al mundo del futbol. Aunque la FIFA y la UEFA han tomado medidas para combatir el abuso contra los jugadores, la fal-ta de diversidad en las altas esferas de los clubes más importantes sigue siendo un problema.

Son dos peleas por igualdad, dijo Ricky Hill a The Associated Press.

Hill, quien creció en los años 70 como parte de la primera gene-ración de jugadores afrodescendientes en Inglaterra, indicó que era normal el abuso de los aficionados cuando jugaba con Luton Town.

Escuchabas canciones sobre ti, la gente te escupía.

Indicó que esos gestos le ha obstaculizado en su intento de continuar su carrera como entrenador en la Primera División.

De acuerdo con un reporte de Black Footballers Partnership de 2022, 43 por ciento de los jugadores de la Liga Premier son afrodescendientes y sólo 4 por ciento consiguen un puesto de entrenador en el futbol profesional. Actualmente sólo dos técnicos del torneo inglés son afrodescendientes.

La falta de representación no sólo es un problema en Inglaterra. Hay sólo dos estrategas de color en la Primera División de Francia, uno en la Serie A de Italia y ninguno en España ni Alemania.