Con el inicio de la temporada de calor, las infecciones gastrointestinales en menores de cinco años ocasionadas por bacterias se incrementan, mientras aquellas que se producen por virus mantienen una presencia prolongada, ya que su pico se presentaba en diciembre, y ahora lo vemos con mucha claridad hasta marzo, afirmó Salvador Villalpando Carrión, jefe del Departamento de Gastroenterología del Hospital Infantil de México.

En entrevista, destacó que entre 95 y 98 por ciento de las infecciones gastrointestinales en menores de cinco años son virales, están asociadas a un virus como rotavirus, que gracias a la vacunación han disminuido los casos, pero en esta temporada de calor persisten contagios por rinoenterovirus, que generan síntomas tanto respiratorios como gastrointestinales, al igual que los adenovirus.

Resaltó también que tras la pandemia de covid-19, en los menores de edad se ha detectado una memoria inmunológica más corta, debido a que durante los primeros años de su vida permanecieron aislados en casa, usando cubrebocas, por lo que al incrementarse la interacción con otros niños y adultos, se presentan un mayor número de infecciones y contagios.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que las enfermedades diarreicas son la segunda mayor causa de muerte de niños menores de cinco años en el mundo con 525 mil.

Subraya que en el pasado, la deshidratación grave y la pérdida de líquidos “eran las principales causas de muerte por diarrea. En la actualidad es probable que otras causas –como las infecciones bacterianas septicémicas–, sean responsables de una proporción cada vez mayor de muertes relacionadas con la diarrea”.

Afirma que los niños malnutridos o inmunodeprimidos son los que presentan mayor riesgo de enfermedades diarreicas potencialmente mortales.

Villalpando Carrión, pediatra y experto en enfermedades gastrointestinales, señala que es fundamental que esta temporada de calor se incrementen acciones de higiene como el lavado frecuente de manos, de frutas y verduras, y que se privilegie el consumo de alimentos cocinados sobre los crudos, en particular carnes, pescados y mariscos, que corren mayor riesgo de descomposición.

En el caso de los menores hay que evitar el consumo de alimentos crudos. Siempre bien cocidos, aunque estemos de vacaciones. Además, es un periodo en el cual es importante hidratarlos e incrementar en su dieta diaria frutas y verduras frescas.