Lunes 15 de abril de 2024, p. 34
Dos crías de onza o jaguarundi, rescatadas el fin de semana luego de que su hábitat resultó afectado por la sequía en la Huasteca potosina y los incendios forestales de los últimos días, murieron a causa de la deshidratación, informó personal de la unidad de manejo y conservación Selva Teenek, con sede en Ciudad Valles, San Luis Potosí.
Ena Buenfil Zamudio, presidenta de esa asociación civil, informó que dichos ejemplares quedaron atrapados durante un incendio en un cañaveral, por lo que el nivel de deshidratación que tenían era muy alto; los encontraron el viernes y ese mismo día tenían que haber sido intervenidas y no esperar hasta el sábado. Pero como muchas personas no saben a dónde reportar casos de fauna silvestre dañada o desconocen la labor que realiza Selva Teenek, se tardaron un día, hasta que alguien les dijo que nos contactara, pero ya fue muy tarde
, señaló.
Explicó que así como esas onzas murieron deshidratadas, muchos más animales mueren quemados porque en la huasteca las técnicas no han avanzado, seguimos con las mismas de hace 50 años, por ejemplo la quema de la caña, que causa gran contaminación
, expuso.
La ambientalista consideró que la actividad de los ingenios es bastante contaminante, por supuesto mantiene la economía de la región, pero medio siglo después nos damos cuenta de que no hubo una correcta planeación de los factorías
.
Depredación de la cobertura vegetal
Agregó: la ciudadanía no hizo la presión necesaria para exigir que se reparara o que se compensara el daño al ambiente que se estaba generando con toda la depredación de la cobertura vegetal. Ahorita, por ejemplo, ya no podemos hablar de la selva huasteca, sólo hay unos resquicios de vegetación en los cerros y hemos condenado a los animales a vivir enclaustrados en los montes
, alertó Buenfil Zamudio.
Si el animal baja del cerro se va a encontrar con todos los retos que nos podamos imaginar empezando por las mascotas, los atropellamientos, agresiones de ciudadanos, envenenamiento, entre otros factores que ponen en riesgo a aquel animal que se atreve a bajar de un monte
, expuso.
La especialista en atención a fauna silvestre refirió que la reserva de la biosfera de la Huasteca tiene una extensión de 22 mil hectáreas contra 120 mil hectáreas de plantaciones de caña, esto provoca que diversas especies busquen refugio en los cañaverales
.